Días después del incidente estaban juntos descansando después de un día de agotador entrenamiento, Key había sugerido acostarse a ver una película para relajarse.
-¿Cómo es que llegaste aquí?- preguntó MinHo de la nada.
Key volteó a verlo de manera suspicaz.
-Ya sabes, porque dejaste tu ciudad para venir a Ulsan.
Algo en la mirada de MinHo lo hizo abrirse, desde hace días lo sabía, jamás le negaría nada a esos ojos color chocolate.
-Yo no tuve lo que se dice una vida feliz en DaeGu- dijo Key con una sonrisa triste- crecí en un orfanato en una de las comunidades más pobres, adivinarás ahora porque al cumplir la mayoría de edad decidí venir.
-¿Por qué no ir a Seúl como lo hacen todos?
- Quería algo seguro, algo menos competido, algo que no iba a encontrar en Seúl. Pero no fue lo que pensé trabajé en un par de cafeterías, estacionando y limpiando carros pero nunca era suficiente.
-Así que elegiste esto como profesión- completó el delantero.
-No sé, uno no planea esto, no soñaba con esto de pequeño; un día de camino a casa conocí a TaeYeon era prostituta y me convenció- tomó aire y siguió- la primera vez que lo hice lloré todo el día- rió al acordarse de ese entonces- pero después de repetirme que es un personaje lo he manejado bien, con los hombres soy como un robot solo lo hago, finjo que me gusta.
MinHo lo miro levantando una ceja y luego se fingió dolido.
-Excepto contigo claro- Key rió nervioso.
-Ajá- dijo MinHo riendo al final.
Cayeron en un silencio en el cual MinHo lo veía pensando en cómo sus vidas no habían sido fáciles, sin embargo él había salido adelante.
-Tú puedes ser mucho más- Key lo miró tratando de descifrar mentira en sus palabras- lo digo enserio.
-Las personas te insultan, te dicen que jamás podrás lograrlo y llegas a creerlo.
-Creo que eres un hombre brillante y muy especial- dijo MinHo sin separar la vista de la de Key, seguía acariciando la cara del rubio.
-Es más fácil de creer lo malo- dijo Key con una sonrisa triste.
MinHo se inclinó un poco y besó la frente del rubio.
-... hablé con JinKi debido que no has contestado mis llamadas en los últimos días, me dijo que hoy te fuiste a medio entrenamiento y pediste permiso para faltar mañana, ¿Qué te pasa MinHo?
-tengo una salida programada, no temas llegaré para el entrenamiento vespertino de mañana.
-¿Salida programada? ¿Con quién? ¿Con el escort?- soltó el manager con veneno en la voz.
-Ten cuidado Kyu- dijo MinHo con cierto peligro en su voz y colgó llamada.
-¿Estás listo?- preguntó
Estaban en el auto de MinHo a momentos de salir a un roadtrip que el moreno había preparado.
-Sí- dijo Key abrochando si cinturón.
-Te falta algo
MinHo buscó en su mochila y sacó un estuche el cual entregó a KiBum, cuando el rubio lo abrió encontró unos lentes de sol de diseñador, MinHo los tomó y los coloco en la cara del rubio.
-No es mucho- dijo el alto con una sonrisa tímida- ahora si estás listo.
-¿A dónde vamos?- preguntó Key volteando hacia su ventana tratando de ocultar el rubor que habían adoptado sus mejillas.
-Es una sorpresa.
-Si olvido decírtelo luego, hoy me divertí mucho- dijo Key volteando a verlo.
-Gracias- dijo MinHo sonriendo
Después de unas horas de haber iniciado el viaje llegaron a la playa de Busan.
-¿Qué hacemos aquí?
-Bueno, la liga empieza en unos días y pensé en venir a distraerme, ya sabes, la temporada toma cerca de 1 año así que no tendré mucho tiempo libre.
-Bien- dijo Key, había olvidado que dentro de poco se separarían – ¿y qué quieres hacer?
-¿Qué tal si comemos algo? Muero de hambre- el rubio rió- después podemos salir a caminar a la orilla de la playa.
-¿Qué tal si alguien nos ve?
-Solo estoy caminando con un amigo- dijo algo inseguro MinHo
-¿Has traído a alguien más aquí?- preguntó el rubio suspicaz.
-No pero he venido a Busan a varios partidos y me he quedado aquí un tiempo extra a pasar unos días solo.
Comieron en un pequeño restaurante en el pueblo cerca de la playa nadie los reconoció, en la parte en donde estaban la mayoría de los habitantes eran personas mayores.
Caminaron por la orilla de la playa cuando el sol se puso y se sentaron a ver el cielo.
MinHo quebró el cómodo silencio en que se habían sumergido.
-Juguemos futbol.
-Estás bromeando ¿Cierto?- Key volteó a verlo como si hubiera perdido la cabeza.
-No, vamos será divertido.
-¿Qué no puedes dejar de jugar aunque sea por un día?- MinHo negó con la cabeza- No sé nada de futbol aparte ¿De dónde vas a sacar un balón?
-Vamos, yo te enseño- sonrió - y... nunca subestimes a un adicto al soccer- añadió mientras sacaba una pequeña bola de su mochila.
No sabía cómo había llegado a ese punto, él corriendo tras MinHo tratando de quitarle la pelota, MinHo lo burlaba con una facilidad impresionante, no se lo ponía fácil a pesar de que sabía de su falta de experiencia jugando.
En un intento de quitarle el balón Key pegó con todas sus fuerzas pero solo logró levantar arena la cual cayó en los ojos del moreno, inmediatamente el rubio se acercó tratando de ayudar al delantero puesto que había quedado ciego por unos instantes, Key sacudió la arena que había quedado en la cara del alto, tomó su rostro, abrió un poco su ojo y sopló.
Cuando MinHo pudo abrir los ojos se percató de la cercanía con el rubio, sostuvieron la mirada lo que pareció una eternidad pero al final KiBum perdió la batalla y cerró los ojos, no tan en el fondo esperaba que se acortara la distancia, si lo besaba Key no pondría resistencia.
Pero el beso nunca llegó y KiBum abrió los ojos eventualmente.
-Vamos al hotel-dijo MinHo un poco ofuscado.
Key los siguió en silencio.
Llegaron al hotel y jugaron un rato al Xbox.
-Dejemos esto, vayamos a dormir- dijo el rubio extendiendo su mano hacia el alto.
-Bien porque regresaremos mañana temprano, tengo que ir a entrenar.- dijo tomando la mano del de ojos bonitos.
-No vayas a entrenar- pidió Key haciendo un puchero.
-¿Qué no vaya a entrenar?- preguntó confundido.
-No, tomate el día, quedémonos aquí.- Key quería aprovechar sus últimos días con el alto.
MinHo lo vio tratando de descifrar el motivo detrás de aquella petición.
-Bien, pero si me corren tú serás el responsable- dijo después de un rato con una sonrisa en sus labios.
Pasaron la mañana recorriendo el pequeño pueblo cerca de la playa, comieron en el restaurante de día anterior, se sentaron a ver una vez más la puesta de sol en una parte alejada de la playa y de regreso Key abrazó el brazo derecho de MinHo y recargó su cabeza en el hombro mientras caminaban al hotel, no hubo rechazo por parte del alto, ambos sonreían sin que el otro lo notara.