8. La Biblioteca.

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Narra Seb.

—¡Hey Seb! — me saludó Dave desde la entrada del edificio.
—Hola, ¿llegando temprano? —pregunté.
—Si, hoy es un día especial, ¿sabes? —dijo.
—¿Día especial? —pregunté un tanto confundido.

Me detuve un momento a pensar, ¿Era cumpleaños de alguien?, ¿Había una junta?, ¿Qué se me había olvidado?

Seguía pensativo cuando Dave, sin previo aviso, me tomó de la cintura y me acercó a él, muy cerca de él.

—Eh, Dave... ¿Qué haces? —pregunté un tanto sonrojado.
—Es el día, en el que te digo que, me... —no pudo completar.

Un ruido parecido al de un golpeteo a la madera, se hizo presente, haciéndome despertar.

«¿Qué fue eso?»

Me levanté algo irritado y con dificultad abrí los ojos.

—Claro... Estoy de vacaciones —dije al mirar el interior de la cabaña.

Volví a escuchar el sonido, venía de la entrada principal, al parecer alguien estaba tocando la puerta.

Rápidamente me vestí y coloqué unas botas que había traído conmigo al igual que una sudadera.

Caminé y abrí la puerta.

—Buenos días, Seb —dijo Raúl.
—¿Raúl?, ¿Pasa algo?, ¿Qué haces tan temprano por aquí? —pregunté bastante confundido.
—Cierto alce ha visto que me llevo bien contigo y me pidió venir por ti antes del desayuno, para evitar lo de ayer —dijo apenado.
—Vaya... No... No sé que decir —dije apenado de la misma forma.
—Bueno... ¿Estás listo? —preguntó.
—Oh sí, solo déjame lavarme la cara y tomar mis llaves, ¿Quieres entrar?, Hace frío —dije.
—Claro —contestó el oso sin dudar.

Entré y dejé pasar a Raúl.

—Algún día te llevaré a mi cabaña —dijo.

Le sonreí.

—Puedes esperarme en el sillón si quieres, no me tardaré nada —dije.

El oso solo asintió y yo entré al baño.

Me dispuse a lavarme la cara, los dientes y secarme bien.

Una vez salí ví a Raúl quien estaba mirándome desde el sofá, hubo un intercambio de miradas, aunque quisiera evitarla, no podía, seguía ahí, mirándole a los ojos.

Mi rostro se coloró y decidí mirar a otro lado, ocultando lo obvio.

—¿N-nos vamos? — pregunté.
—Eh, sí, vámonos —al parecer él también tenía ese rubor en la cara.

Solté una pequeña risa y caminé a la entrada, Raúl me siguió una vez que él salió, cerré la puerta hechando llave.

El camino fue un tanto silencioso, pero agradable, me hubiera gustado aunque sea charlar un poco.

Llegamos al restaurante a buena hora, el bufete ya estaba servido, ambos nos dirigimos a la barra de comida.

Procuré servirme un poco de todo, no quería tener que regresar por más comida, me daría algo de vergüenza.

Miré a el lugar donde me había estado sentando, ahí estaba el panda de siempre, ya comiendo.

—Provecho —dije algo burlesco.

El panda solo sonrió y siguió comiendo, yo empecé a comer.

Una vez terminé, me levanté del lugar y me dirigí a la puerta, aún era temprano, había muchos lugares a los cuales ir y como ayer, no sabía que hacer.

Caminé al mapa y lo observé un momento.

—Aquí dice que hay una biblioteca y está detrás del restaurante... Me da curiosidad —dije.

Me giré y seguí un sendero que le daba la vuelta al restaurante,  para esto ya empezaba a hacer un poco de calor, tomé mi sudadera y me la amarré en la cintura.

Apenas me iba ocultando en la pared del restaurant, escuché una voz y alguien corriendo hacia mí.

—¡Hey Seb! —dijo jadeando.
—¿Qué pasa Jack? —pregunté.
—Será indiscreción, pero... ¿Hacía dónde vas? —preguntó.
—Hmm, no lo sé, simplemente voy a caminar por ahí y después iré a mi cabaña, ¿Porqué? —pregunté.
—Simple curiosidad, tengo que irme, te veo en la comida —dijo y se giró para correr de nuevo, perdiéndose en la esquina del restaurante.

Lo vi marcharse y seguí mi camino.

—Que sujeto tan extraño... —dije.

Llegué a la biblioteca, tenía un aspecto gótico rudimentario que me gustaba, ya no había muchas bibliotecas así o que al menos conservarán su estructura original.

Abrí la puerta, esperando que hubiera alguien, pero estaba vacía.

—¿No hay alguien? —dije en voz alta, escuchando como respuesta el eco de mis palabras.

Me alcé de brazos y me adentré, había muchas estanterías, una que otra mesa, en el techo un gran candelabro, el olor era único de la antigua madera y quizás los libros.

Caminé por ahí sin rumbo aparente observando los libros, buscando cualquier título que se me hiciera interesante.

Llegué a lo que parecía ser una estantería pegada a una pared, los libros de ahí parecían un tanto más viejos y empolvados, me dispuse a mirar minuciosamente.

Entonces tomé un libro, su título era "Las luces del norte".

Busqué una silla por ahí y desempolvando el libro, me dispuse a leerlo aunque sea un rato.

...

...

...

Había pasado un rato, no sé con exactitud cuanto tiempo.

Empezaba a sentir hambre, ¿Era eso posible?

Me levanté y caminé de nuevo a aquella estantería, dejando el libro que había tomado y memorizando el lugar para regresar por el algún otro día.

Miré un singular tomó color carmesí, éste brillaba por su rareza, claro, llamaba la atención, estiré mi mano para tomarlo, cuando...

—Aquí estás, te estuve buscando.

Di un brinco del susto y me giré rápidamente.

—¡R-Raúl!, ¿Porqué me asustas así? —dije sintiendo el corazón a mil.
—Oh, yo... Lo siento, debí al menos avisar que estaba aquí —dijo.

Respire un poco tratando de calmarme.

—¿Qué es lo que pasa? —pregunté.
—Ya casi es la hora de comer y quería ver si querías compartir mesa conmigo —dijo.
—¿Ya casi es hora?, ¿Tanto estuve leyendo? —dije sorprendido.
—Supongo, casi nadie viene aquí, al parecer les gusta más estar afuera —dijo.
—Ya veo... Tiene sentido —respondí.
—Entonces, ¿Te sentarás conmigo? —preguntó.
—Oh, sí, claro, no veo por que no —dije.

El oso sonrió y comenzó a caminar hacia la entrada, yo le seguí, le di un vistazo a aquel libro rojo que había visto y salí del lugar.

—Seb, ¿Qué piensas hacer después de comer? —preguntó el oso.
—Pues... Me gustaría ir al lago y nadar un poco, quizás el paseo en lancha, no sé —dije.
—Es muy buena idea, ¿Te gustaría si hago de tu guía personal? —preguntó.
—Oh, creo que estaría bien, considerando que no sé nada de aquí y seguramente me perdería —dije y reí.
—En eso quedamos entonces —dijo.

Llegamos al restaurant, ya había fursonas ahí comiendo, Raúl y yo fuimos por comida y lo seguí a una mesa cercana a un ventanal, normalmente esa zona estaba ocupada, pero hoy alcanzamos lugar.

Ambos nos sentamos y comenzamos a comer.

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Espero que les esté gustando, a mi también me está gustando la dirección que está tomando esto y como está quedando, agradezco su apoyo y comentarios :).
Nos vemos.

—MadSoul345.

Mountains (Furry/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora