16. ¿Propuesta Indecente?

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Narra Seb.

Iba a la par con Raúl, lleno aún de incertidumbre, no lo quería sobrepensar, eran mis vacaciones y merecía disfrutarlas.

—Se me hace injusto —dije.
—¿El qué? —preguntó Raúl.
—El hecho de que me estén pasando cosas raras en mis primeras vacaciones en años —dije.
—No le tomes tanta importancia, todo esto va a terminar, te lo juro —dijo y sonrió.

De alguna manera, su sonrisa me inspiraba confianza, no sabía si era por el afecto que ambos nos teníamos o por la suavidad de sus palabras.

Igual le sonreí, sabía que teniéndolo cerca, todo iba a estar bien.

Volvimos entonces a su cabaña, hace unas horas había estado ahí y pensar que me tendría que quedar por unos días, era raro.

Me gustaba estar con Raúl, sí, pero también tenía los remanentes de la soledad y la privacidad que solía tener en mi apartamento en la ciudad.

Me iba a ser difícil acostumbrarme a estar con alguien por primera vez en mucho tiempo.

Aunque quizás podría resultar en una experiencia muy linda, quien sabe.

Dejó mis maletas en la entrada y abrió la puerta, yo tomé una de ellas y el tomó la que faltaba, entonces entramos.

Dejé mis cosas cerca del comedor y me senté, hundiendo la cabeza en mis brazos.

Pude escuchar el leve arrastre de una silla en frente de mí.

—¿Estás bien Seb? —preguntó.
—Oh sí, solo tengo algo de sueño, eso de despertar temprano, creo que he perdido la costumbre —dije.
—Oh, bueno, voy a llevar tus cosas a mi habitación, más tarde las podrás acomodar, ¿Porqué no te acuestas en el sillón por mientras? —preguntó.

Levanté la cabeza.

—Tienes razón —dije y me paré.

Caminé al sillón y me recosté antes de acostarme completamente.

Escuché los pasos pesados subiendo por las escaleras y poco después los mismos bajando.

Sentí que el sillón donde estaba se movió, seguido de un sonido como de una palanca.

La parte que se supone que servía de recargadera del sillón, se hundió, iba a levantarme a ver qué estaba pasando, cuando sentí los mismos brazos jalándome hacia ellos.

Al parecer el sillón podía transformarse en cama y cierta fursona aprovechó eso para acostarse también.

Estuvimos ahí por un rato, para mí mala suerte no podía dormir, abrí los ojos y miré que Raúl estaba profundamente dormido.

Sonreí y le dí un beso, se veía muy lindo.

Me acerqué cuidadosamente a la orilla de la cama, no quería despertar al oso, una vez llegué me paré y con mucho silencio subí las escaleras hacia la habitación.

Acomodé unas cuantas cosas en el ropero que era muy grande y tomé mi toalla para ir a tomar una ducha.

Entré al baño, este era aún más grande que el de las cabañas, este tenía regadera y tina y cada una su propia separación por un vidrio transparente.

—Wow —dije.

Acomodé mi toalla y cerrando la puerta me quite la ropa.

Está vez entré en la regadera y busque una combinación que no estuviera tan fría ni tan caliente.

...

...

...

Al terminar me amarré la toalla a la cintura  y salí del baño, me iba a dirigir hacia la habitación pero me llamo la atención el balcón, no había tenido la oportunidad de apreciarlo bien.

Caminé hacia ahí, la valla era igual de madera que la casa y la vista, increíble al barranco, sí la primera era buena, está era mejor, me recargué mientras me unía con el paisaje, un raro efecto visual.

—¿Qué haces? —una voz inesperada me hizo saltar de un leve susto, haciendo que en el acto la toalla de mi cintura cayera.

Narra Raúl.

Me había acostado a descansar un rato con Seb, me gustaba mucho su compañía, primera vez en mucho tiempo que no me sentía tan solo en casa.

Cuando quise seguir abrazándolo, noté algo, él ya no estaba ahí.

Abrí los ojos de mal humor y en efecto, había desaparecido.

—¿Seb? —pregunté comenzando a preocuparme.

Mi mente comenzaba a imaginar un sin fin de cosas que le habían podido pasar, haciéndome desesperar.

«Se lo llevaron, ¿Dónde está?, ¿Porqué me dormí?, Tenia que protegerlo.»

Comenzaría a enloquecer de no ser por qué escuché unos pasos arriba, en el segundo piso.

Estos llamaron mi atención y me dirigí a subir lentamente las escaleras.

Al llegar arriba, divisé una figura al fondo.

Era Seb de espaldas, vestía no más que una toalla en la cintura.

Sonreí y lentamente me acerqué.

Aunque me sorprendió que no se percatara de mi presencia, decidí llamar su atención.

—¿Qué haces? —pregunté.

Pude ver la reacción desprevenida de Seb, quien al parecer se había asustado, tirando la toalla que llevaba en la cintura.

Pude ver parte de su entrepierna y trasero, antes de que se agachara a recoger la toalla y a vestirsela rápidamente.

No hice más que reír ante la situación, eso sí, con cierto rubor en la cara.

—Lindo trasero —dije y guiñé el ojo.

Narra Seb.

Había perdido la toalla, quedando completamente desnudo y con Raúl mirándome enfrente.

Como pude me agaché a recogerla y volví a ponermela rápidamente, estaba avergonzado, creo que se notaba en mi rostro llamativamente rojo.

Miré a Raúl, quien casi compartía el mismo rostro.

—Lindo trasero —dijo y me guiñó el ojo.
—¡R-Raúl! —exclamé sorprendido.

Esto me hizo ruborizar más de lo que estaba, no quise decir nada y caminé cabizbajo a la habitación.

Cerré la puerta tras de mí y busque ropa limpia que vestir.

—Vamos Seb, que no pasó nada, igual, tenemos lo mismo —decía Raúl tras la puerta.
—Solo dije la verdad, tienes lindo trasero jeje —rió.

Yo callé a causa de la vergüenza, entonces Raúl entró.

—No tienes que molestarte, ¿todo está bien? —preguntó.
—S-Sí, todo está bien —decía ocultando mi rostro.
—No te avergüences, te ves lindo así, pero no hay motivos para avergonzarse, ¿Me tienes confianza, no? —preguntó.

Lo miré a la cara, el rubor iba desapareciendo.

—Sí Raúl, confío en ti —dije con una sonrisa.
—Y, ¿Me quieres? —volvió a preguntar.

Sonreí ante la pregunta aunque me había vuelto a colorar.

—No preguntes cosas obvias —reí.
—Jajaja, está bien, pero me gustaría que pierdas la vergüenza a estás cosas, ya sabes —dijo.
—Y, ¿qué propones? —pregunté.

El oso se la pensó un momento antes de responder a mi pregunta con su propuesta.

—Después de cenar, quiero que nos demos una ducha, juntos —dijo.

Mi rostro ardió.

—¿Eh?

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Espero que les esté gustando la historia jsjsjs.
Gracias por los comentarios y los votos.
Los quiero :3

—MadSoul345.

Mountains (Furry/Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora