~The Letter~ Jenlisa | Chaesoo

XI

-Mientras tú estás con tu padre, yo llevaré todo al departamento el fin de semana - era medio día, el clima era agradable aunque hacía demasiado viento para mi gusto, o el de mi cabello, nos dirigíamos a comer algo antes de mi próxima clase.

-Yo realmente esperaba que fueses conmigo - hice un puchero, no había planeado estar a solas con mi padre, no es que no quisiera, pero llevábamos años sin estar solo él y yo, de hecho nunca habíamos estado solos que no fuese un par de horas el otro día, sentía que necesitaría a alguien con quien huir si algo no salía como debía.

-No seas tonta Jendukie, llevan años sin verse, necesitan tiempo a solas

-Ya, pero igual quiero que estés ahí por si... - choque contra su hombro, se había detenido - que pasa? - dirigí mi mirada hacia donde estaba posada la de ella, Lisa caminaba con una pelirroja en la espalda, llevaba un paso firme, tenso, la chica se aferraba a ella sin mostrar el rostro, parecía que temblaba, se acercó al chico del otro día y él la tomó en brazos, cuando la pelirroja se separo de Lisa pudimos ver su rostro lloroso, era su amiga.

-Rosé - salió de la boca de Jisoo como un pequeño suspiro tenso - ve a ver que está pasando - empujaba mi hombro con ambas manos.

-Claro que no! Ve tú, eres la que está interesada en ver que le pasa - me aleje de ella, aún sin quitar la vista en lo que pasaba, Lisa terminó de asegurarse que el chico sostuviera a su amiga y con la mano los envió en alguna dirección, la pelirroja intentaba zafarse, no entendía porque hasta que vi que Lisa caminaba en dirección contraria toda su postura se veía tensa y tenía los puños apretados, mientras caminaba su mirada se dirigía a un grupo de chicos, note sus intenciones iba a caminar hacia ella cuando una sombra pasó rápidamente a mi lado, Jisoo iba a paso rápido hacia el grupo.
Claro, no podía acercarse a ver a la pelirroja porque eso significaba que le interesaba y arruinaría su imagen de chica ruda y conquistadora, pero Lisa era su alumna podía intervenir y ver que había pasado sin necesidad de dar una imagen equivocada.

La rubia le dio la vuelta bruscamente a un chico

-Que mier... Oh, es la amiga de la llorona - reía muy fuerte, pero la risa no le duró mucho cuando Lisa le estampo un derechazo en la nariz, le hizo perder el equilibro pero sus amigos lo sostuvieron para que no cayera, inmediatamente un hilo de sangre empezó a salir de ella.

-No volverás a querer acercarte a mi amiga cuando termine contigo pedazo de imbécil - el chico iba sobre Lisa

-Ni siquiera se le ocurra - La voz de Jisoo sonaba autoritaria y peligrosa - Ni siquiera se le ocurra acercarse a ella jovencito - En segundos Jisoo estaba entre Lisa y el chico, este retrocedió de forma automática.

-Da igual, no vale la pena - se dio la vuelta, Lisa avanzo, lista para la segunda ronda, un brazo frente a ella la detuvo, Jisoo ni siquiera miraba hacia su dirección, simplemente la sintió.

-Déjalo estar Manoban - sonaba serie, pero no tan severa.

-Él lastimo a Rosé! No puedo dejarlo estar - intento apartar el brazo de Jisoo y ella se dio la vuelta.

-Lo dejaras estar, porque sino te expulsare de mi clase por todo el semestre y tendrás que volver a llevarla, lo dejaras porque tienes que estar con tú amiga y no preocuparla y porque yo lo digo, entendido? - Lisa bajo la cabeza estaba molesta. - Toma - le extendió una tarjeta - este es mi número privado, en el minuto uno en el que sepas como esta Rosé me llamaras y me lo harás saber, entendido? - los puños de Lisa temblaban, aún no levantaba la mirada, parecía un tanto avergonzada - Manoban! - subió su tono de voz, Lisa levantó la mirada, estaba a punto de llorar, su enojo ahora parecía tristeza - harás lo que te pedí - la voz de Jisoo cambio a un tono comprensivo, relajado, casi maternal, tenía ganas de correr y abrazar a Lisa pero el momento parecía demasiado personal para inmiscuirme; Lisa asintió y tomo la tarjeta, se dio la vuelta. Yo aún me mantenía a una distancia prudente, se detuvo un momento y vio hacia donde yo estaba, intente sonreír pero ella quito su vista muy rápido, su postura ahora se veía derrotada, pero levantó la cabeza y avanzo con paso firme y la espalda recta.