Capitulo 3 (1/3)

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Holly

No dormí mucho después de que Stephanie se durmiera, apenas dormí tres horas. Todavía no me había acostumbrado al cambio de horario.

El reloj digital que se encontraba en la mesita de noche de Stephanie marcaba las siete de la mañana. Mire mis cosas y como sabía que me sería imposible volver a dormir, decidí que era tiempo de acomodarlas.

Decidí comenzar con mi ropa, pero cuando abrí el armario  me sorprendí. Era enorme para ser un armario de un dormitorio de universidad. Siempre decían que el cuarto parecía una cajita de fósforos y el apenas había espacio para algo. Pero en este había espacio de sobra.

Termine de acomodar mi ropa y seguí con los zapatos y el resto de mis cosas. Eran alrededor de las diez de la mañana cuando termine, cogí un jugo y una galleta que la nevera y me senté en la cama. Luego de unos minutos me fije en el sobre que estaba descansando en la mesita de noche y decidí que era hora de averiguar lo que mi papá me había dejado.

Rasgue la parte de arriba del sobre y vacié el contenido de este sobre la cama. Coloque el jugo y las galletas en la mesita de noche para coger las cosas que salieron del sobre.

Lo primero que cogí fue una fotografía, al  verla sentí como se acomodaban las lágrimas en mis ojos.

En la foto estaba mi hermano con una sonrisa enorme y me estaba abrazando, estábamos en el estadio en el Santiago Bernabéu, con la camiseta del Real Madrid y unas trompetas en las manos.

Recuerdo muy bien ese día. Fue hace un tres años durante las vacaciones de verano. Estábamos en España y decidimos ir a ver el partido, como era de esperarse mi papá no quería que fuéramos porque decía que no deberíamos apoyar a equipos extranjeros sino que a los propios. Pero después de tanto insistir nos dejó ir. Al final del  partido estábamos más que felices por el resultado y mi papá aprovechó para sacar la foto.

No pude contener más las lágrimas y comencé a llorar. Llore como nunca lo había hecho, lloré por mi hermano, llore por mí, lloré porque desde que lo perdí estaba como en estado de shock y no había podido llorar.

Después de unos minutos tome aire para calmarme y cogí la carta. Comencé a leerla y no podía creer lo que estaba leyendo. La carta no era de mi padre como creí que lo sería era de mi hermano.

"caramelito bello estás comenzando una nueva etapa en tu vida. Una en la que yo ya no estaré presente, una en la que tendrás que demostrar esa persona maravillosa y fuerte que eres. Pero sabes que aunque no me puedas ver o sentir siempre estaré contigo porque donde sea que este vas a seguir siendo mi hermanita. Te amé, te amo y te amare por siempre, tu hermano el que siempre te molestaba Austin.  

P.D. felicidades por tu beca en MIT".

Ahora ya no podía dejar de llorar, mi hermano ya no estaba conmigo pero sabía exactamente como decir justo lo que necesitaba oír.

Había dos cosas que me estaba preguntado en ese momento y que necesitaban respuesta. Tome mi iPhone de la mesita de noche y marque a  la única persona que me podía dar respuesta.

-- Hola Princesa—dice muy emocionado-- ¿Cómo estás?, ¿Qué tal estuvo el viaje?

-- Hola Papi, estoy bien y el viaje también lo estuvo—dije muy deprisa mientras me ahogaba con las lágrimas.

-- Holly Princesa no llores—intento calmarme pero era totalmente imposible—Es por la carta ¿cierto?

-- Si, papi es solo que lo extraño demasiado—dije después de una gran inhalación de aire-- ¿Cuándo la escribió?, ¿Por qué me la das hasta ahora?

-- Lo hizo en el hospital y fue su decisión que te llegará hasta ahora—dijo y pude sentir su tristeza—Fue lo último que Hizo Holly.

Al escuchar sus últimas palabras comencé a sollozar de nuevo mientras mi papá trataba de darme fuerzas. Hablamos y lloramos durante un rato y luego nos despedimos.

Cuando terminó la llamada me di cuenta de que Stephanie ya estaba despierta y me estaba observando con los ojos muy abiertos.

-- Holly, ¿Qué te pasa?, ¿te puedo ayudar en algo?—pregunta mientras se acerca a mi cama—sabes si no quieres hablar no hables, solo quiero que sepas que puedes confiar en mí—ella puso los brazos alrededor de mi cuello y me abrazo.

Primero no sabía cómo actuar pero luego devolví el abrazo y deje que ella me sostuviera mientras lloraba. No volvió a preguntar nada solo dejo que me calmara y en ese momento supe que seriamos muy buenas amigas.

Love from another continentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora