Capítulo 2

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Empujó, empujó con todas sus fuerzas. En medio del horror, del dolor, de la angustia y la desesperación por llevar encerrada en aquel sótano meses. ¿Cuántos?. Ni siquiera lo sabía. Los suficientes como para que se pusiera de parto. ¿Cómo saber siquiera que se encontraba a término? ¿Tendría su bebé alguna oportunidad? Por primera vez, deseó haber estado secuestrada el tiempo suficiente como para que su hijo no fuera prematuro. En aquellas circunstancias, sin atención médica no sobreviviría. Y al mismo tiempo la aterrorizaba lo que Johan, el hombre que la había mantenido encerrada en aquel sótano, pudiera hacer con el niño. Estaba claro que todo su interés se centraba en el bebé. Ese era el motivo por el que se había preocupado de procurarle todos los cuidados necesarios durante el embarazo.

Apartó sus miedos de su mente y siguió empujando sin desfallecer, dejándose ayudar por Johan, sólo porque no tenía más opciones, hasta que finalmente escuchó el llanto de su bebé.

Por un momento, temió que lo apartara de ella, pero contra todo pronóstico, lo arropó y le permitió tomarlo en brazos.

- Hemos tenido suerte- Le dijo- Es una niña.

La sonrisa que había comenzado a esbozar al ver el rostro de su pequeña, se congeló en el acto. "¿Hemos tenido suerte?". ¿Qué había pretendido decir con aquello?.

Ahora que había nacido, no sabía qué iba a ocurrir con ella. Cuando él se había enterado de su embarazo, su actitud había cambiado radicalmente y sospechaba que también sus planes. Aunque no había podido ver la luz del sol en todo aquel tiempo, le había suministrado todas las vitaminas que necesitaba una embarazada. Simplemente parecía esperar... esperar a este momento.

Y el momento había llegado. ¿Qué pasaría ahora?.

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- Hola... Te he traído un café.

Morgan levantó la vista del expediente del caso de Emily. En realidad, prácticamente se lo sabía de memoria, pero aún así, tenía la esperanza de poder descubrir algún nuevo detalle que le hubiera pasado desapercibido. Era consciente de que el equipo estaba preocupado por él, y habían intentado convencerlo para que se tomara un tiempo. Aunque todos deseaban volver a ver a Emily sana y salva, no podían descartar la posibilidad de que a estas alturas ya estuviera muerta. Eran muy pocos los casos en que las víctimas de secuestro siguieran con vida después de 48 horas. Por supuesto, el caso no estaba cerrado, pero a todos les dolía comprobar cómo Morgan parecía haberse convertido en un fantasma de sí mismo.

- Gracias, Penélope.

Se esforzó en mostrarle una sonrisa, que en realidad no sentía. García se la devolvió, sabiendo que sólo fingía para que ella no se preocupara. Pero ella, simplemente no podía dejar de estarlo.

- ¿Algo nuevo?.

Era la pregunta de siempre, y ya conocía de antemano la respuesta.

- No... Es como si se la hubiera tragado la tierra- Admitió entrecerrando los ojos.

Aquel día le dolía terriblemente la cabeza. Strauss lo había puesto entre la espada y la pared, obligándolo a elegir entre volver al trabajo o tomar una excedencia "voluntaria". Pero hacer esto último implicaría que no tendría el acceso que ahora tenía a los recursos del FBI. Así que siguió trabajando, viajando cuando era necesario y dedicando todo el tiempo que le sobraba, a seguir con la investigación.

García se sentó a su lado, y lo abrazó con ternura.

- Todos deseamos encontrarla... Pero Derek....

HannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora