Capítulo 13

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Hanna se quedó dormida en cuanto sació su apetito. Emily la acarició con ternura, y se recostó en la cama, acurrucándola junto a su cuerpo. Ahora que la había recuperado, no tenía ninguna intención de volver a separarse voluntariamente de ella.

Se estaba quedando ella misma dormida, cuando escuchó pasos en el exterior del dormitorio. Johan volvía. Su corazón se encogió.

- Mamá te protegerá...- Le susurró suavemente.

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Johan miró su reloj. Habían pasado más de quince minutos. Tiempo suficiente para el reencuentro y para que la pequeña hubiera comido. Ahora le tocaba a él.

Se dirigió al dormitorio, abrió el candado, después el cerrojo y finalmente entreabrió la puerta con precaución. Debía tener cuidado. No le habría extrañado que Emily hubiera intentado hacer algo contra él. Había estado demasiado tiempo sin su supervisión. Levantó su arma.

Pero cuando entró, Emily simplemente estaba arropando al bebé en la cuna.

Sonrió. No debía haber subestimado su espíritu de sacrificio. Una madre era una madre, al fin y al cabo.

Se acercó  por detrás. Ella se volvió hacia él, quedando atrapada entre su cuerpo y la cuna. Johan de reojo miró hacia el interior. La niña estaba envuelta en la mantita y parecía dormir profundamente.

"Bien", pensó, "Así no habría interrupciones".

La sintió temblar bajo su cuerpo. Se la veía tensa, con las manos detrás de la espalda.

- Tu turno...- Le dijo señalándole con un gesto hacia la cama- Supongo que ya estás recuperada...

Emily contuvo la respiración.

"Su turno. Por supuesto. No iba a esperar".

Con un jadeo, asintió, bajando la vista al suelo. Cruzó los brazos contra su pecho. Johan se apartó para dejarle paso y la condujo hasta la cama sin que ella opusiera resistencia.

Antes de que pudiera impedirlo, la estaba besando en los labios. Se alegró enormemente cuando se dio cuenta de que ella parecía haber aceptado su situación.

Emily dejó que la manoseara, que la besara, que deslizara sus dedos por su ropa.

Finalmente, Johan la empujó sobre la cama, y dejó la pistola sobre la mesita de noche.

Se dio cuenta de que Emily  la miraba de reojo.

- Yo no lo intentaría...- Le advirtió- Si fallas, no tendré el más mínimo reparo en usarla contra la niña...

Y Emily volvió a bajar la vista, con sus manos aún apretadas contra su pecho.

"En realidad, da igual"- Pensó- "No contaba con el arma"

Las manos de Johan comenzaron a deslizarse por el interior del bordillo de su blusa, tratando de llegar hasta su pecho. Cuando la forzó a apartar las manos, que aún mantenía cruzadas sobre él, Emily finalmente reaccionó.

Lo único que Johan notó fue un dolor agudo en su cuello. Se apartó bruscamente, y cogió la pistola con una mano, mientras que con la otra intentaba comprobar el origen de la sangre que de repente teñía su ropa.

- ¡Puta!- Le gritó enfurecido, apuntándola con la pistola.

Arrancó algo punzante de su cuello. Abrió las ojos sin poder creerlo. Había desenroscado el extremo metálico de una percha, para utilizarlo contra él.

HannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora