Su última convivencia con los hijos del rey Kim, era la rubia. Kim Eunha. La que antes le pareció atractiva, pero no podían culparlo, la mujer era preciosa, bella, por cualquier parte irradiaba con su rostro. Pero ya con estar a su lado, sabía que no sería su futura esposa por el como veía las cosas y su misma actitud arrogante. Muy prepotente.Lo que le pudo mostrar ese día fue un poco de sus poesías, un poco de su canto, que en verdad era muy buena en ambas actitudes. Y sin duda a charla sobre su futuro, imaginando cómo sería y como se veía ella misma con el amor de su vida como mencionó.
— ¿Te gustaría tener hijos?
Y seguía hablándole informalmente.
Asintió sonriendo sin reprocharle su falta de respeto. — Si, tal vez unos cuantos.. — en realidad no iba abrirse con ella, no deseaba ningún hijo por ahora, y si lo tenía era por obligación del consejo.
— ¿Y el género?
— No en realidad, soy más de esperar a lo que el destino me entregue.
— Un alfa de buen espíritu.. Que atractivo.
Hoseok sonrió ladino sin importarle mucho su alago. De pronto no se estaba sintiendo bien.. Su cabeza dolía mucho más esta mañana, y su parte baja igual, pero no es como si se pudiera dar el lujo de desairar a la princesa y quedarse en cama a descansar. El rey le comentó la noche anterior que no se preocupara por los medicamentos, él se los otorgaría en cuanto llegasen, pero ya estaba algo preocupado.
— ¿Te encuentras bien?
— Si por su puesto. — tocó su cabeza y sintió otra punzada en su pecho. Tocándolo suavemente para tratar de calmarlo sin llegar a nada. Su estro siempre había sido irregular. Tenía poco autocontrol, menos que los demás alfas, era tosco y grosero.
— Si gusta podemos continuar lueg-..
Se levantó al oírla decir eso. De la nada se sentía enojado y aliviado al mismo tiempo. No quería oírla, era fastidiosa y estúpida.. Y demonios, comenzaba a tener los pensamientos intrusivos de vuelta. No quería llamarla de ese modo, solo era su lado lobuno tratando de desquitarse de alguna manera con todo lo que se moviera si no podía calmar su dolor. — En ese caso, le tomaré la palabra.. Nos vemos en la cena.
Salió de la grande sala, dejándole confundida. Sin esperar realmente que se marchara a descansar. Pero Jung solo quería desaparecer de ahí, esperaba estar en su hogar, en el castillo, en su cama, montando alguna puta de una casa de placer y hacerla gritar y llorar por lo bien que la hacía sentir. Demonios. No podía controlar ni su mente.
Paso por los pasillos, encontrándose al omega real de la mano con el más pequeño de los príncipes. Estos le sonrieron al verlo y se acercaron. Seokjin trató de no fruncir su entrecejo. — Joven rey.. No debería estar con-..
— Si majestad, me tendrá que disculpar, me he sentido indispuesto de pronto y la princesa me recomendó descansar.. Créame no quería dejarla, era tan grata la plática. — Pura basura maldición, quería volver a su cama y dormir.
Seokjin abrió sus ojos y asintió viéndole directamente. Taehyung en cambio entre cerró los ojos y preguntó sin pena. — ¿Por qué sudas tanto? ¡Auh! — su oreja fue jalada por su madre quien trató de callarlo. — Madre.. Dolió.
— No seas imprudente. — le susurró entre dientes. — Dios, discúlpelo..
— No se preocupe majestad.. — miró al joven príncipe quien le veía con un puchero con ganas de que le respondieran, era tan bonito, no podía enfadarse con él. — Discúlpeme príncipe, creo que me está volviendo la fiebre, es por ello que sudo.
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Mi Pequeño Príncipe ; ℌ𝔬𝔭𝔢𝔳
Ficción históricaJung Hoseok un rey novato en busca de un omega excepcional para reinar junto a él. Viaja a los mejores reinos para poder comprometerse, lo cual no ha llevado éxito. Llega al reino de Seúl y encontró al indicado. - Señor Kim, quisiera preguntarle alg...