PERFECTA ILUSIÓN

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Un recuerdo al cual no puedo aferrarme no significa nada,
Cuando abro mis ojos, desapareces como el aire,
Miro hacia atrás a la extensa sombra,
¿Porque? Eres TÚ ¿Porque?.

—Shadow,Taemin 




Avanzar por la inmensa carretera se volvió por primera vez, para el equipo, en un asunto de vida o muerte. Los chicos avanzaban a una velocidad que rebasaba ya incluso cualquier límite, aun así podían sentir la presencia y los aromas de los vampiros siguiendolos.


Ninguno decía nada, solo seguían su camino, su plan era llegar al límite del territorio de los vampiros, adentrarse al bosque negro, un extenso océano de abetos que pertenecía a su manada, una vez dentro estarían en el territorio de Kim JongIn. Cada uno llevaba sus propios pensamientos arraigados, pero los chicos seguían un tanto preocupados por la situación de su Lirio, los primeros copiosos árboles empezaban a verse a través de la luz de la luna, lúgubre frío y húmedo, como un enorme cementerio, aquel era conocido como el bosque negro, cualquiera que entrara sin invitación no volvía a salir de él.


Los humanos, los shifters, algunos weres y más seres, creían que era verdaderamente un bosque encantado. Pues hacía muchos años, siglos tal vez que en Gaia dejo de hacer llegar la primavera, el ecosistema actual vivía a base de tres hadas de los elementos, 3 hadas que hacían llegar un extenso y caluroso verano, tan sofocante que inundaba a Gaia con sequías a su paso, con otoños cada vez más escasos pues su señor desapareció importándole poco su trabajo, el invierno fue cada vez más letal, más frío y crudo, perdió la magia, ahora se extendía hasta el verano. El señor del invierno congelaba todo a su paso.


El bosque negro es a la fecha, el único bosque que gozaba de beneficios, el que crecía hermosamente, un bosque que encerró a las grandes murallas de White Nightmare, creado por las tres hadas, para cuidar a los habitantes.


Luhan avanzó, su compañero de equipo manejaba errático, los abetos crecían, prácticamente llegaron al bosque, dentro debían seguir a pie, pues el suelo era húmedo y escabroso los abetos crecían tan grandes como edificios, tan anchos como una casa.


Se sintieron a salvo


—¿Estas bien? — Luhan se aproximó al chico.


Taemin sentía su mente ser presionada, sus padres siempre le dijeron que su imaginación era inmensa, pero ahora todo cambiaba para él, era real.


Luhan apoyó una mano en el hombro derecho de Taemin, pero este le empujo, y siguió avanzando por el camino en dirección a la aduana de la manada.


Un muro en cuyos parapetos armados los guardias vigilaban celosamente cada centímetro, electrificado y equipado con sensores de movimiento uno tan efectivo que hasta podían contar los pasos de una hormiga, la manada de Kim JongIn vivía tras una fortaleza impenetrable, pasar por la aduana era exhaustivo para los turistas y una sentencia de muerte para los invasores. La aduana se extendía por enormes salones, con guardias y personal atendiendo a los transeúntes, las cámaras registraban cada movimiento, barrían a cada sospechoso posible detectado a tiempo antes de pasar los las enormes puertas de hierro fundido de la ciudad.

Antidoto para Vampiros (2min)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora