III
Silencio que fue interrumpido por el otro personaje.
— ¡¿Cómo vamos a estar en la Antártida, pedazo de retrasado?! ¡¿Ves hielo acaso?! —el anoréxico al ver que el iracundo estaba más que dispuesto a atacarlo, tomó con firmeza el palo con el que lo había picoteado antes de despertar —¿Me estás retando?
—Quizá —susurró contrariado — ¿Qué harás si es así?
— ¿No es obvio? Matarte y luego co...—el muchacho iba confiado con lo que decía hasta que detalló bien a la cosa rara que tenía en frente, esa mierda no tenía nada de carne — ¿Cómo es que estás tan flaco?
— ¿Importa ahora?
—Supongo que no.
Luego de una oportuna elipsis, ambos personajes se encontraban en la orilla, cada uno pensando en cosas diferentes, el pelirrojo pensando en el dulce que había dejado en la nevera y que posiblemente no estaría cuando regresase, y el auto-proclamado rubio pensando en cómo iba a salir de ese extraño lugar con semejante cosa cómo compañero.
Sólo el ruido de las olas y las palmeras moviéndose ambientaba la silenciosa y fría noche.
—Deberíamos abrazarnos, ya sabes, para mantener el calor —ofreció de repente el pecoso, a lo que el anoréxico abrió los ojos cómo platos y se alejó un poco más de lo que ya estaba—. Uy, tampoco es cómo si me muriese de ganas por abrazarte.
Después vino otra —más que oportuna— elipsis, y ya era temprano en la mañana.

YOU ARE READING
Típicas Vacaciones Paradisíacas
HumorLas olas son hermosas, la arena salada. No hay nada mejor que estar en una playa desolada. [Humor]