Típicas Vacaciones Paradisíacas

VI

VI

Sin necesidad de elipsis, el anoréxico había logrado escribir una pequeña nota donde había pedido el agua y la ayuda, todo a espaldas del pelirrojo que ya estaba haciendo una danza extraña con los cadáveres de las gaviotas para poder encender la fogata.

Con cuidado, y mucho amor, le amarró la nota a la pata de Larry, dándole unas palabras de aliento para que su fiel consejero real se fuese a buscarle el agua que tanto necesitaba en esos momentos.

— ¿Qué le estabas diciendo a Larry? —preguntó de repente el más bajo, el cual finalmente había logrado encender la fogata, lo cual pronto parecía convertirse en un incendio sin ningún tipo de control —. Espero no te hayas tomado en serio lo de beber agua salada.

—Pues, eso, que me trajese agua —confesó sin alarmarse por el fuego que crecía sin control alguno —No pensé que unas palomas necesitasen tanto fuego para cocinarse.

—Oh sí, tienen que estar bien cocidas para matar todos los parásitos y bacterias extrañas —respondió orgulloso el pelirrojo, encantado con su trabajo—. Es una increíble fogata ¿Verdad?

—Ciertamente —contestó sin mucho interés el rubio.

Convenientemente, luego llegó una torrencial lluvia que extinguió el incendio.