Estaban vistiéndose, tenían las maletas — las cuales compraron tras el arresto del Sr. Andersen — totalmente desechas. No sabían siquiera cómo iban a armarlas.
¿Cómo iban a ocultar el dinero? ¿Llevarían consigo el arma? ¿Y si los reconocían en el aeropuerto? ¿Había sido buena idea vender el auto? Pudieron haber huido en él, pasado por la frontera y quemarlo para no dejar rastro.
— Tenemos que irnos primero a alguna ciudad fronteriza— informó Niall —. Viajaremos en autobús. De lo contrario: nos atraparían en el segundo que pongamos un pie en el aeropuerto.
— Entendido — Zayn sólo pensaba si era posible que el dinero les alcanzara para todo lo que decía Niall.
— Una vez en esa ciudad, a orillas de la frontera, tomaremos otro autobús que nos lleve a través de la frontera.
— ¿No se supone que todas las fronteras están advertidas de los criminales más buscados? — hizo una pausa para ver su reacción —. Niall, somos un equivalente a Bonnie y Clyde.
No somos Bonnie y Clyde. Se dijo Niall. No somos asesinos. Había múltiples diferencias entre "Bonnie y Clyde" y "Niall y Zayn". Las únicas similitudes eran que, al igual que Clyde, Zayn prefería asaltar negocios pequeños, y claro está, la pasional actitud que había entre ellos.
— ¿Y qué quieres que hagamos? No tenemos un jet privado para que podamos salir del país.
— Tus padres de seguro tienen uno — dijo de manera cómica.
— Oh, claro — hizo un ademán raro con la mano — Mamá, papá: este es mi novio, queremos fugarnos del país, espero que no les moleste si tomamos prestado su jet.
— Solo era un chiste, relájate — dijo abrazándolo —. Cuando lleguemos esa ciudad fronteriza de tu preferencia podríamos hacer carpool con alguien que vaya a otro país.
— ¿Y cómo haremos eso, Zayn? — dijo con tono de desesperación — ¿A caso tienes algún conocido allá?
— No — lo tranquilizó —. Pero podemos ponernos a mitad de la carretera o perdernos en un paradero. Pedimos que nos lleven. Es más, les decimos que pagamos la gasolina.
— Está bien — cedió —. Hagamos las maletas y vayámonos.
•••
Niall metía el dinero en un falso fondo de la maleta y la cubría con ropa a una velocidad alarmante, como si supiera que si no huían ahora no lo harían jamás.
— Niall, la moto está afuera encendida, ya nos vamos —dijo Zayn entrando al almacén que había hecho de cada durante tantos años.
— Ya voy...
Niall fijó su mirada en un punto rojo en la pared. Esa mancha nunca la había visto en los meses que llevaba viviendo ahí. Se acercó a limpiarla.
— ¿Qué es esto? — dijo, llamando la atención de Zayn.
— Niall ¡No!
El pelinegro corrió y logró tacklear a Niall, logrando tirarlo a la cama.
— ¡¿Pero qué demonios te ocu...
No logró de cuestionar, un estruendo se hizo presente interrumpiéndolo. Dónde se encontraba la mancha roja ahora estaba un agujero de unos 26 milímetros. La mancha era un láser, estaban en la mira.
Los habían encontrado.
Los habían encontrado y ahora los iban a matar.