Parte 5

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5.- Mario vivía casa de una tía que tenía varios hijos, y con los cuales él había compartido y a quienes  quería como hermanos. Se la llevaban bien. 

Él los había visto crecer. Desde pequeñitos compartían juegos y él los cuidaba, por ser el mayor. Eran compañeros de travesuras. En sus ratos libres inventan jugar con animales,  con fuego. Echaban  a las hormigas y bachacos a pelear. Todo eso a escondidas.

Los muchachos crecieron,  los intereses cambiaron, y  las niñas no lo trataban igual. Empezaron los conflictos de intereses,  las desavenencias. En consecuencia tuvo que buscar otra casa. 

De manera que uno de los tíos,  se lo llevó, le asignó una habitación en su casa  y allí tenía más independencia. Pasado unas semanas   consiguió ubicarse en una organización educativa, con la ayuda del tío y allí trabajó.

  Posteriormente se matriculó en una institución terminó el bachillerato y hasta se inscribió en una carrera universitaria, pero no la concluyó.

Mario, un muchacho, que no aprendió a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora