Parte 11

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11.- En la actualidad, Mario trabaja en una institución educativa, ya tiene más de 20 años de servicio. Y pasa su tiempo allí. Se la lleva medianamente bien con sus compañeros de trabajo, en la mayoría son féminas.

No culminó la carrera universitaria, pero le gusta leer, revisar las redes sociales, publicar comentarios y saludar  a través de las redes sociales, del Facebook.

Su comportamiento con el núcleo familiar no ha variado. Habla un poco con los sobrinos y algunos hermanos, pero no comparte ni siquiera la mesa a la hora de la comida. Prefiere hacerlo en su habitación.

Su carácter es igual, ya es la personalidad. El trato con los padres muy poco. Solo cuando va de visita al pueblo donde residen conversa con Juan, su padre, que como ya está viejo no pelea, ni regaña tanto,

Con la muerte de sus hermanos se ha visto afectado, pero olvida rápido. Es lo que deja ver.

 El fallecimiento de la abuela Josefa lo llenó de tristeza e igual el de la abuela Tere que ocurrió mucho tiempo después.

Lo he visto llorar por la partida de los tíos, de los hermanos, primos. Un llanto silencioso, pero con sentimiento.

Hasta el momento no ha formado familia sigue solo.

El tiempo transcurre entre su trabajo y la casa, En vacaciones se va al pueblo a casa de unos familiares de su padre en el campo y pasa el tiempo entre el monte con los pájaros y otro animales, hasta que cae la noche. Dice que eso le gusta y le da alegría.

Mario aunque sus padres viven y la madre ha tratado de ganarse el afecto, el amor de su hijo. Ella no ha podido granjearse su afecto, la confianza.

Hoy, él se convirtió en el maltratador, el que habla de manera despectiva y no acepta reprimendas. Para, Mario sus padres presentes físicamente los siente ausentes.

No ha podido eliminar esa brisa fría de la indiferencia y el rencor no le permite olvidar. Su alma está llena de dolor, de una rabia sorda e inexplicable, pero como llenar, ahora, la ausencia de palabras, de abrazos. El amor de un hijo a sus padres o viceversa no se puede imponer, ni obligar.

Mario no ha logrado entender  que la vida es solo una y no se puede pasar por ella pensando en qué voy hacer, qué pasará si hago tal o cual cosa. Si emprendo una acción u otra. Preguntándose me querrán realmente mis padres o no les importo. La vida no es para pensarla, es para disfrutar de lo que ella nos presenta, es para vivirla con sus altibajos, pero vivirla.

No tiene objeto pasar por la vida sin vivir.

Disfrutar de aquello que la vida nos presenta es algo que nos compete a nosotros mismos, los actores de la vida. Nadie puede vivir por mí. A Mario se le ha pasado la vida y no ha logrado comprender, asimilar que la vida es para vivirla, para disfrutarla, para maravillarse cada día de aquello que te ofrece, para hacer mágico cada instante, cada momento, no para llenarse de quejas, de resentimientos. Eso es todo lo contrario de vivir.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2019 ⏰

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Mario, un muchacho, que no aprendió a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora