Capítulo 28

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La serie de Once Upon a Time y sus personajes aquí mencionados no me pertenecen.

Muchas gracias a todos por leer. En verdad les agradezco mucho todo el apoyo que le han dado a esta historia.

Espero que les guste el capítulo

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Después del desagradable momento que tuvieron con el cazador, David y Regina regresaron al despacho a tratar de seguir con la labor que les había llevado ahí en primera instancia, pero a los pocos minutos, la reina salió del lugar porque necesitaba ir al baño con urgencia.

Sin embargo, no regresó al despacho, se encaminó hacia el jardín y más precisamente hacia su árbol de manzanas. Sonrió de medio lado cuando estuvo frente a él porque le seguía pareciendo una absurda ironía no poder tolerar su fruta favorita durante el embarazo.

Llevó sus manos a su pancita y bajó su rostro para hablarle a su bebé

- Espero que cuando nazcas todo cambie y te gusten las manzanas - una sonrisa se dibujó en su bello rostro al decir eso mientras acariciaba su abultado vientre con cariño. Soltó un suspiro al tiempo que cerraba sus ojos - Te amo tanto, mi pedacito de amor - susurró.

Abrió sus ojos y se abrazó a sí misma porque comenzaba a hacer algo de frío. No sabía si ya había llegado el invierno, estaba segura que sí por como percibía el clima, pero como había estado días bajo la Maldición desconocía si ya había nevado.

Disfrutó brevemente de esa extraña pero reconfortante paz que estar en ese preciso lugar le traía. Pero fue algo que no duró mucho porque en realidad, Regina estaba algo nerviosa por el traslado de su padre, confiaba plenamente en su guardia y no le tenía miedo a la idiota de Snow, el problema era que tenía a las polillas de su parte y eran ellas quien realmente le preocupaban a la reina.

Como aliadas del Reino Blanco, su misión era proteger a la "nueva reina" y velar por su bienestar e intereses. Para esas alturas, era obvio que sabían que David había logrado huir, sobretodo porque el beso de amor verdadero debió haber alertado a reinos enteros y estaba segura que no tardarían mucho en saber de la ex princesa.

Se mordió brevemente el labio inferior con nerviosismo y ansiedad, pensando que lo mejor era colocar de nuevo el hechizo para proteger el Castillo y sus alrededores e incluir en el perímetro a los aldeanos que le eran fieles y que, según sus caballeros, habían ayudado a defender el palacio cuando fue atacado

- Regina - la reina dio un saltito involuntario cuando habló y volteó de inmediato a verle. Sabía que era él, solo que, no podía evitar reaccionar de esa forma cuando era sorprendida - Hey - susurró con cariño acercándose a ella de inmediato - ¿Por qué no regresaste? - le preguntó envolviéndola entre sus brazos.

Regina enterró su rostro en su amplio pecho y después soltó un largo suspiro, alzó su mano derecha para comenzar a jugar con los finos y elegantes bordados de la vestidura de David

- Debo poner de nuevo el hechizo del castillo - le dijo con firmeza

- ¿Ahora? - preguntó David con el ceño fruncido y tomándola por los hombros para alejarla un poquito de él y poder verla a los ojos

- Sí - respondió Regina sin titubeo y él negó de inmediato con su cabeza.

La reina torció sus ojos, algo que el Rey no apreció del todo, pero no era momento de discutir por eso

- Las últimas veces que has hecho uso de tu magia así, te has sentido mal - le recordó un poco preocupado.

Y Regina abrió su boca para responderle, pero pareció dudar. Tragó pesado ante la atenta y penetrante mirada azul del ex príncipe

The Thing He Desires MostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora