My Sweet Daddy; mature

04

Y eso fue exactamente lo que pasó. El remordimiento llegó a mi de una manera dura, fría.

No sabía como miraría a mi padre y a mi madre ahora en adelante y sobre todo, no sabría como lo miraría a él en las clases de escritura.

Tonta, tonta.

Eso es lo que soy por dejarme llevar.
Aquí la culpa era de ambos, él me dio la oportunidad de detener todo aquello, pero aún así no lo hice.

Me levanté de mi cama y me adentré al baño para poder realizar todo lo que necesitaba, incluyendo una ducha con agua fría.

Salí, me seque y cambié, al momento de bajar, no esperé verlo allí sentado en la mesa desayunando con mi padre mientras ambos se sonreían.

No podría entender como podía hacer eso.

-Pero si mi pequeña ya se ha despertado -sólo le sonreí.
No sabía como actuar, me acerqué a él y como en algunas mañanas (cuando lograba verlo), besé la corona de su cabeza.

No saludé al señor Styles, esto era demasiado incómodo.
¿Qué pensaría él de mi?

Eso era algo que rondaba demasiado en mi cabeza.
Cuando entré a la cocina por algo de jugo, unas manos se posan en mi cintura haciendo que me sobresaltara y que casi botara el vaso de mis manos.

-Hola dulzura -su voz ronca en un susurro se hizo presente.

Muerdo mi labio inferior con nervios.

-Mi padre nos podría ver -le dije casi atragantándome con mi saliva.

Él suelta una pequeña risa silenciosa.

-Fue a contestar una llamada importante, creo que no estará disponible hasta unos minutos.

Esas palabras cayeron en mi como un balde de agua fría.

-Yo, en verdad lo siento, no sé que sucedió ayer -estoy muy avergonzada, nisiquiera puedo mirarlo a los ojos, pero él se encarga de que lo haga.
En su rostro hay una hermosa sonrisa traviesa. Trato de adivinar que es lo que está pensando, pero todo eso se va al caño cuando posa sus dulces y suaves labios con los míos.

Esto era el cielo transformado en infierno.

Y supe con exactitud que él sería la inspiración para aquel libro que tanto anhelaba escribir.