Capítulo 6

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Era viernes

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Era viernes... y sus palabras no se cumplieron.

No lo volví a ver desde aquel día.

Escuchaba su nombre en los pasillos, lo leía en las siguientes entradas que subieron en el blog. Pero nunca lo volví a ver en persona.

Era como si de alguna forma me evitara; que tuviese un radar que pudiese detectar cuando estaba cerca, para alejarse.

Y eso me hería, tan raro como sonaba.

No estaba segura como se definía nuestra relación. No estaba segura si entrabamos en la etiqueta de amigos, por el poco tiempo que lo conocía.

Y también porque las cosas que comenzaba a sentir por él no era del tipo de amistad, no como lo que tenía con Maca y Ale, de todos modos.

Pero, aun así, sin poder definir qué éramos, me preocupaba por él y su presencia era algo que quería en mi vida.

Todo eso me hacía sentir mareada y confusa.

—Se supone que esto debe levantarse cuando tire de esto.

La voz de Cris me sacó de mis pensamientos y vi como tiraba del papel. Este, sin embargo, se rompió y una carcajada salió sin retención de mi boca.

Luego de que el profesor nos hubiera asignado el trabajo, Cris se me había acercado al finalizar el día para acordar los días que haríamos el trabajo y en qué casa.

El miércoles habíamos comenzado en mi casa y solo nos habíamos puesto de acuerdo que haríamos; el jueves fuimos a su casa donde toda su familia me recibió de forma cálida y prácticamente no hicimos nada.

Su madre se encargó de llenarme con comida.

Eso fue el paraíso para mí.

Y hoy estábamos en mi casa comenzando recién el trabajo, el cual no estaba quedando como esperaba.

—Tenías que pegar la lengua al monito —le indiqué y Cris me dio una sonrisa leve.

—Ups. —Su respuesta me hizo reír más—. No te burles, Castillo.

Su tono era divertido, así que solo dejé que la risa me embargara por unos segundos. Cuando pude hablar y respirar con normalidad, me acomodé en el sillón.

—Por tu culpa tendremos que hacer todo de nuevo.

Se encogió de hombros.

—No es como si hubiésemos llevado mucho —recalcó y yo vi todo el desorden que teníamos en la mesa de centro.

Recortes a medio terminar, dibujos mal hechos, muchos materiales esparcidos y nuestro trabajo sin llegar a tomar forma.

—Buen punto.

Lo que estábamos intentando hacer era una especie de libro en 3D, donde en cada página saldrían diferentes dibujos, representando lo que debería ir escrito.

Sentirse Viva (#1 Sentirse Viva)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora