Milo
Shura y yo subimos rápidamente hacia nuestras casas para dejar nuestro equipaje y después seguir subiendo para avisar de nuestra llegada al patriarca.
En cuanto entramos a la cámara del patriarca, recogimos nuestras armaduras y le entregamos los recuerdos que le trajimos.
Una vez con nuestras armaduras nos regresamos a nuestras respectivas casas para desempacar y poder entregar los recuerdos restantes. Íbamos caminando y platicando mientras pasábamos por la doceava casa hasta que fuimos interrumpidos por Afrodita. Yo me quedé a hablar con el guardián de la casa de piscis, mientras que Shura se despidió y regresó a su casa.
-Milo, Milo hola -me saludó muy entusiasmado.
-Hola ¿cómo estás?
-Bien, gracias. Oye ya hacía falta tu presencia aquí, pero bueno ¿te gusto tu sorpresa? dime que sí -dijo mientras me abrazaba.
-No sabía que me extrañaran tanto -le contesté riéndome -pero, ¿de qué sorpresa hablas?
-Supongo que la verás más al rato, sé que te encantará.
-Confiare en ti Dita- le dije guiñando el ojo.
-¿Qué tal tu viaje? ¿Cómo se comportó la cabra? -me preguntó.
-El viaje estuvo fantástico me la pase muy bien con Shura, es muy agradable -le contesté -por cierto, te trajimos algunos recuerdos, al rato te los subo.
-Creo que alguien piensa darle una oportunidad a la cabra -me dijo coquetamente.
-No lo negaré, lo he pensado últimamente -le contesté sonrojándome un poco.
En cuanto termine de decir, no sé dónde salió Máscara de Muerte que hasta cierto punto me espantó y nos sorprendió a ambos.
-Te lo dije cariño, el equipo Shura va a ganar -dijo mientras saltaba.
-Tú te callas, aún no pueden cantar victoria -contestó y callando su pareja.
-¿De qué me perdí? ¿Alguien me puede explicar? -les pregunté confundido.
-No es nada, te ves muy cansado deberías ir a descansar y tal vez comer algo querido, nos vemos después -me respondió Afrodita evadiendo el tema.
Me despedí de ellos para pasar por los templos restantes hasta mi casa.
En cuanto llegué desempaqué todo de mis dos maletas y una vez terminado me dirigí a mi cocina, pero un pay en la mesa llamó mi atención ¿qué hacía un pie en mi cocina? ¿Quién lo había dejado ahí? Recordé las palabras de Afrodita sobre una sorpresa para mí, el pie se veía muy rico, pues era de manzana y hasta donde sé Dita es un excelente cocinero, pero solo hay un pequeño detalle ¡está congelado! y mi mente solo pudo pensar en alguien, Camus
Subí de regreso al templo de Piscis con los recuerdos para su guardián y de paso para agradecerle el gran detalle del pie.
-¡Dita! -grité muy emocionado al llegar doceavo templo.
-¿Sucede algo, Milo? -me preguntó.
-No, bueno sí, pero primero toma tu recuerdo -dije extendiéndole una caja, la cual abrió de inmediato.
-¡Que hermoso juego de espejo y cepillo! ¡Me encanto! No debiste, pero gracias -me dijo mientras me abrazaba.
-Me alegra oír eso -respondí sonriéndole - también quería darte las gracias por el pay que me preparaste.
-¿Qué pay? -me preguntó riendo.
-El que dejaste en la mesa de mi cocina, supongo que esa era la sorpresa que mencionaste antes.
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Nunca te valore
FanfictionLa relación de Camus y Milo siempre ha sido un tanto inestable, pero ¿qué tanto?