San Miguel de Tucumán, Tucumán, Argentina. Jueves 13 de Junio del 2019.
Encrucijada.
Capítulo 8: Sentimientos agridulces.By Sioa Shun Uchiha-san.
¿Cómo habían terminado así? No era algo precisamente extraño para ellos que sus salidas acabarán como ahora, con los tres metidos dentro de una celda pequeña dentro de una comisaría.
Francia estaba sentado en el provisorio catre ubicado contra la pared posterior del habitáculo vistiendo solo sus boxers, Prussia estaba apoyado contra la pared lateral del lado izquierdo de brazos cruzados y con los ojos cerrados con una sonrisa divertida en sus labios.
-Y por esto es que no deben apostar contra mi.- Comentó el antiguo imperio en un suspiro que presumía soberbia.
-¡Callate imbecil! ¡Estamos así por tu culpa!- Acusó España que estaba envuelto en una manta y bajo esta estaba totalmente desnudo, tiritando, se moría de frío.
-Mon amis, es culpa de los tres por idiotas.- Alegó el francés entre risas bajas. -Igual fue divertido.
-Divertido hasta que terminamos presos y West no contestó el teléfono.- Resopló Prusia con gesto ahora sí un poco abatido, dejando caer su cabeza.
-Y mon amour L'angleterre se rehusó a venir a buscarnos.- Lloriqueó Francia con pesar, dejándose caer contra la pared tras él.
-Solo queda mi llamada.- Alegó españa con pesar y una sonrisa débil en los labios, lo único bueno era que se les había pasado la ebriedad hacía un rato, pasaban de las cinco de la mañana y se les acababan las opciones, si no conseguían que con la llamada de España alguien fuera a buscarlos iban a estar ahí hasta las dos de la tarde que los soltarían. -Lovino no va a venir por nosotros.
-Además si West no atiende olvidalo que vamos a lograr despertar a los Italianos a esta hora.- Alegó el albino con gesto pensativo. -¿Y si llamamos a la marimacha?
-Se va a reír de nosotros, ni loca nos viene a sacar.- Admitió Francia con resignación.
-¿Japón?- Preguntó entonces España, quizás esa antigua nación se apiadara de ellos.
-¿Sabes en qué habitación del hotel esta?- Consultó Francia y los tres negaron con su cabeza con completa resignación, estaban atrapados.
-Bueno, cuando la reunión empiece sin nosotros tendrán que buscarnos, no pueden terminar las juntas si vos, Francia.- Comentó inteligentemente el teutón. -Tu novio vendrá a buscarte tarde o temprano.
-¡No voy a esperar a inglaterra hasta las nueve de la mañana que se decida a buscarnos! ¡Se me congelan las pelotas, Prusia!- Alegó España cuando una sonrisa iluminó su cara. -¿Y si llamo a América? Debe estar despierto jugando videojuegos ¿o no?
Las otras dos naciones se miraron entre ellos y sonrieron, era buena idea. -No perdemos nada con intentar, es la última llamada.
El país de la pasión, que era el único de los tres con un italiano decente llamó al guardia para reclamar su derecho a llamada de forma educada, pronto había sido sacado de la celda y a los pocos minutos cuando regresó le sonrió a sus amigos. -¡Estamos salvados!
-Kesesesesese, le deberé una muy grande al chiflado de las hamburguesas con esto.- Comentó divertido el teutón.
Habría pasado media hora cuando uno de los policías los dejó salir, deseandoles poco amablemente que no volvieran y no se metieran en problemas, cuando llegaron al recibidor de la comisaría América estaba ahí, riendo jovial mientras conversaba alegremente con una de las efectivos femeninas en su acelerado inglés.
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Encrucijada.
RomansaPrusia se descubre a si mismo demasiado interesado en Italia del Norte, cosa que no puede permitirse. Eso no sería nada asombroso de su parte, no debía enamorarse de su casi cuñado ¿Qué hará con esta situación? ¿Podrá mantener sus emociones al marge...