Al cruzar miradas (Cancelada).

La boda de Evie

Narra Jacob:

1 semana antes.

Soy el gran gemelo Jacob Frye, miembro de la hermandad de los asesinos británicos. Hoy habíamos recibido la noticia de que un colaborador de Starrick iba a venir de España dentro de unos días, pero hoy no había tiempo de ponerse a planear estrategias puesto que era la boda de mi hermana Evie con Grennie, y adivinen quien tuvo que planear todo.

Todo el día, fui el encargado de ayudar a los novios o estar de arriba a abajo con el festejo que se llevo fuera de Londres, en una templo algo hermoso, a esta ceremonia llegaron nuestros amigos: Darwin, Dickens, Abberline, Agnes, Nigel, Max, Alexander y George, los demás enviaban los regalos y sus disculpas por no asistir. Sin embargo los novios tuvieron tantos problemas en el transcurso que yo no pude arreglarme bien, tuve que usar lo que sea (literal).

Donde Evie se estaba arreglando.

Agnes: Muy hermosa que se ve señora Frye, muy hermosa (dijo muy contenta).

Evie: Si, gracias señora Agnes... (dijo un poco apenada) y tu, ¿No vas a decir nada? (dijo mirando hacia el sillón donde estaba recostado).

Jacob: (sonreí un poco) Para que te digo, todo lo que ya sabes hermanita.

Agnes: Y por cierto ¿Quién viene a su boda, si se puede saber?

Evie: Vinieron amigos nuestros, aunque no pudieron venir todos.

Agnes: Que bueno que usted ya encontró su amor de verdad, Evie, y usted Jacob, ¿Lo encontró ya? (pregunto curiosa).

Jacob: (hice una pequeña sonrisa) No... yo no creo en esas patrañas de: "Finales felices con una boda y campanas" se escucha muy, muy falso, a mi parecer.

Evie: (se rió de mi comentario) Agenes, lo cierto es que a las mujeres que conoció, nunca pudo hablarles, sin quedarse quieto como una estatua, o decir puras estupideces.

Jacob: (suspire un poco) Si, gracias por esos gratos recuerdos Evie.

En ese momento entro Nigel.

Nigel: Señor Frye, se le ocupa en la habitación del señor Green.

En ese momento salí de la habitación hacia donde se encontraba Greenie, tratando de no pensar en esos ingratos recuerdos, en los que: Por lo que dijo Evie, por entrenamiento de los asesinos o misiones a la causa, nunca pude enamorarme.

En la habitación de Green.

Jacob: Greenie, me ocupabas.

Green: Jacob... que bueno que estas aquí... ayúdame... con esta cosa (dijo desesperado).

Jacob: Espera... cálmate un poco.

Green: Perdona, es que la boda es dentro de 25 minutos y esto que no se ajusta (dijo mientras se trataba de poner el moño).

Jacob: ¡Escúchame!... relájate primero: que estas sudando como un puerco, segundo: todavía tienes tiempo... no vas a dejar a Evie plantada, porque estarás ahí, como una moneda reluciente (dije mientras ayudaba a ponerse el moño).

Green: Gracias Jacob (suspiro), ¿Cómo me veo? (dijo esperando una opinión)

Jacob: Te soy sincero o quieres la mentira (dije en tono sarcástico).

Green: Con eso basta, ya puedes irte.

Después de esa charla de motivación, Greenie se tuvo que ir a la ceremonia, para después irme en carruaje con Evie hacia la iglesia custodiada por mis Rooks, y posteriormente caminarla hacia el altar.

La ceremonia fue aburrida, todo el rato el pastor hablando del amor del hombre y la mujer, sin embargo no pude salir puesto que estaba en las primeras filas. Cuando la ceremonia termino y mi hermanita se dio el beso con Greenie fue que pude salir de ese tormento, sin embargo al estar afuera de la iglesia todos se reunieron para ver quien podía ganar el ramo de la novia.

El ramo cayo en las manos de George, momento que pude aprovechar para reírme, pero no contaba con que este me viera, para seguido acto arrojarme el ramo que cayo al suelo, decidí recogerlo (para no verme mal en ese momento), puesto que tampoco creo en esa cosa de: A quien recoja el ramo sera el siguiente en casarse. El festejo fue de lo mas divertido, bebidas por todas partes, y lo que iba a ser mejor: Ya no tendría que ver a Evie puesto ella si iba a ir de Londres por un tiempo a ayudar a la hermandad de la india, sin embargo a pesar de que todos estos sucesos eran buenos (en mi opinión) al terminar la fiesta, me entro un sentimiento que no sabia que pudiera entrar en un asesino tan brutal como yo: La tristeza.