Capítulo II

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Capítulo II.



Dejó escapar el aire un poco exasperado. Su vuelo estaba demorado y sinceramente, estaba un poco cansado de estar acá. No tenía dinero en bolívares, no entendía ése estúpido cambio de moneda. De verdad que ésa economía estaba enferma y que no eran exageraciones de la prensa. Dos escasas semanas en ese país y ya quería salir corriendo. Aún no había contratado a nadie para ayudarlo con algunas cosas que estaba dejando pendientes.


El largo y ondulado cabello captó inmediatamente su atención. No lo confundiría, su cabello parecía ser caramelo fundido. Hermoso, brillante, largo. Una preciosidad de cabellera, se mordió el labio indeciso, mientras la observaba pedir en Chips Cooks. Se levantó, y se detuvo al estar detrás de ella.


—Buenas tardes —saludó educado, ella se sobresaltó, volteandose de golpe hacia él. El olor tenue de su cabello llenó sus sentidos. Pero lo ignoró, colocándolo en un rincón aparte.


—Buenas tardes —contestó aún un poco sobresaltada.


—¿Me recuerdas? —inquirió un poco incómodo. Usualmente no iba por la vida saludando a personas con las que no había hablado más de una vez y algo tan escaso como lo que compartieron, no la culparía si le respondía que no lo recordaba.


—El americano del taxi —La chica asintió y sonrió vagamente.


Su descripción le hizo sonreír.


—Sí, ese mismo —convino divertido.


La chica volteó su atención al cajero que le estaba pidiendo sus datos, pero Nickolas se adelantó y colocó un billete de cinco dólares sobre la mano del joven que estaba esperando el pago.


—Déjame pagarte el favor que me hiciste —repuso con tranquilidad, ella se mordió el labio visiblemente incómoda pero no protestó. "Gracias" agradeció dispuesta a marcharse, pero la agarró del brazo deteniéndola. Rápidamente la soltó sabiendo que había traspasado los límites para un desconocido, así que se llevó las manos a los bolsillos.


—¿Podrías hacerme un último favor?

Ella se quedó viéndolo con esos enormes ojos castaños, esperando que hablara.


—¿Puedes sentarte o estás ocupada? No quiero incomodarte.


—Estoy en mi hora de descanso.


Nockolas asintió, y se sentó en una de las mesas vacías frente a ellos. Ella lo imitó con una mirada precavida en sus ojos, sentándose frente a él.


—Me llamo Nickolas —Se presentó luego de unos minutos de incómodo silencio entre ambos.


—Katherine.


Tenía nombre de reina, fue el primer pensamiento que cruzó su mente, pero se aseguró de dejarlo allí, en sus pensamientos. Ya esto estaba resultando lo suficientemente extraño e inconfortable sin él diciendo cosas fuera de lugar.


—Realmente he pasado un infierno éstas dos semanas aquí, no comprendo nada de su sistema monetario, no sé donde queda nada aquí, y la mayoría de las personas no haya inglés de forma fluída. Y yo la verdad, no sé ni una palabra de español. Tengo una empresa aquí y la verdad, tengo algunas cosas pendientes aún, así que debo volver a principios del próximo mes. Y el punto de decirte todo esto es, que me gustaría preguntarte, si estarías dispuesta a aceptar un trabajo a distancia. —Propuso luego de hablar sin detenerse ni un minuto a agarrar aire.


—Ya tengo un trabajo —respondió automáticamente.


—Lo sé, lo sé. Pero sólo necesito a alguien a tiempo parcial. Para que me coordine los taxis para mis próximos vuelos, se encargue de hacerme el cambio de moneda y también de hablar por mí con algunas personas. Obviamente te pagaría muy bien y en dólares en efectivo, dado que la verdad no tengo idea de cómo hacer para pagarte de otra forma, ese es uno de los dilemas legales que vine a intentar resolver.


Katherine se mordió el labio inferior pensativa, procesando toda la explicación completamente convincente que él acaba de darle.


—¿Por favor? —presionó.


—No lo conozco —señaló.


—Ni yo a usted, la verdad. Pero sé juzgar a la gente y definitivamente, no creo que me esté equivocando a depositar mi confianza en ti. Pero, de igual forma, es algo en lo que no estaré cerca de usted, todo se lo podría indicar por teléfono o correo, y por supuesto pagarle por adelantado si gusta, realmente serían unas escasas horas que tendría que dedicarle a la semana. —Se explayó en su argumento buscando convencerla de una forma u otra. Ella permaneció en silencio, aún indecisa—. Mire Katherine, hagamos esto. Le dejaré mi correo electrónico y mi número de teléfono, piénselo unos días y me envía su respuesta, sea negativa o positiva.


Tomó una de sus tarjetas de presentación de su billetera, mientras escuchaba como llamaban su vuelo por los auriculares de la feria. Le entregó la tarjeta, mientras le sonreía.


—Ha sido un placer conocerla señorita, pero están llamando mi vuelo. Espero su correo. —Se despidió.


—El placer ha sido mío —Le sonrió, mientras giraba de forma nerviosa entre sus dedos la elegante tarjeta.


Sin nada más que decir, se giró en dirección a la puerta de embarque.


.

.

.


—Yo en tu lugar lo haría.


Katherine no le respondió nada a su prima. Ya había pasado una semana y aún estaba dudando. Mantener contacto con un perfecto desconocido que te aborda de esa forma para ofrecerte un trabajo sin conocerte no le parecía un movimiento inteligente. ¿Y si lo que quería era robarle información? ¿Aprovecharse de ella de alguna forma? ¿Quizás pagarle con dólares falsos?


—Deja de sobre pensarlo, Kat. —Vanessa se dejó caer a su lado en la cama arrancándole la tarjeta de la mano—. Nickolas Bold. Incluso su nombre suena bien, y si es tan impresionante como dijiste...


Katherine recuperó su tarjeta, sentándose sobre el colchón irritada.


—Por eso mismo es que se me hace extraño. —Replicó recordando a ese hombre, sus ojos, su porte, incluso su olor.


—¿No puede sentirse perdido? Es decir, no te dijo algo que no fuese cierto, es difícil encontrar personas que hablen inglés, y tú lo ayudaste en su momento. No veo nada extraño y tampoco veo que tengas nada que perder.


Agarró su teléfono y abrió el gmail. Quizás no fuese algo que la convenciera por completo, pero la verdad, es que necesitaba la entrada extra y si se daba de verdad, sería como tener una pequeña mina de oro.


"Buenas tardes,


Le habla Katherine, me gustaría aceptar el trabajo.


Atenta a sus comentarios,


Saludos."

The Distance Between UsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora