[Sakura Senju]

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El escándalo que se hizo a primeras horas de la mañana al descubrir la puerta de la entrada de la facultad de economía lleno de garabatos y ralladuras fue enorme. Juro que el grito de la directora se escuchó hasta el otro continente. Por mi parte, sólo pude esconderme lo más que pude en la muchedumbre que miraban sorprendidos lo que había sucedido mientras me moría de vergüenza y pena.

— ¡¡Fueron ellos!! ¡De nuevo!

El grito histérico y furioso de la directora fue tan potente que hizo contraerme. ¡¿Y si descubría que yo también había formado parte de esto?! ¡¿Y si le decía a mi padre?! ¡¿Y si mi padre se enteraba?! La sola idea me hacía temblar de pavor y ansiedad. ¡No, mi padre no se podía enterar jamás de lo que había pasado! Había sido un error haberme dejado llevar por mis impulsos. Hay un sinfín de responsabilidades que tenía que cumplir, no podía distraerme por el mundano sentimiento de rebeldía que brotaba desde mi interior cada vez que miraba a Naruto o cada vez que me juntaba con su grupo de rebeldes.

— Esta vez fueron muy lejos.

La voz de Ino me trajo a la realidad. Tenía razón, habían ido muy lejos; no, había ido yo muy lejos. Aprieto las manos a la altura de mi pecho. Un pánico sofocante se encontraba presionando mi caja torácica, tanto que me costaba respirar. La sola idea de que mi padre se enterara de esto me producía horror.

— ¿Hinata? —Ino me escaneo preocupada—. ¿Te encuentras bien? —Me tomó por los hombros e intentó que la viera a los ojos, pero yo me negaba.

No fue hasta que escuché más alboroto a lo lejos cuando pude levantar la vista. Era Toneri. Se encontraba con los demás miembros viendo con frialdad y desinterés lo que los Rebels habían hechos la noche anterior. Más fue mi sorpresa al ver a Sasuke en el grupo. No había expresión en su rostro. Podía jurar que ni siquiera pestañeaba. Incluso mostraba más desinterés que el mismo Toneri.

— Esto no es bueno...

— ¿Por qué? —Interrogue mientras trataba de mantener la compostura. No era momento de que me diera un ataque de pánico.

— La última vez que los Rebels se metieron con los Royals terminaron varios chicos en el hospital —Relató mi mejor amiga con una seriedad poco común de parte de ella.

Una pequeña exclamación de sorpresa salió de mi garganta, llamando la atención de varias personas que estaban cerca de nosotras.

— ¡¿Cómo?! ¡¿Los Royals pelearon con los Rebels?!

Me costaba creer o imaginar a los Royals peleando con los Rebels. Sería como ver a un gato pelear con un perro de raza Staffordshire Bull Terrier.

— Estamos hablando de los Royals. Hijos de papi que se bañan en oro cada mañana. ¡Por dios, estoy segura de que esos hijos de puta ni siquiera pueden limpiarse el culo sin ayuda de uno de sus sirvientes! —Tengo que reprimir una carcajada al escucharla afirmar eso—. No, contrataron unos matones para que fueran a golpear a los Royals, especialmente a su líder.

Ante esas palabras, la carcajada que estaba reteniendo murió en mi garganta. Los Royals, no, Toneri contrató a matones para que golpearan brutalmente a Naruto... Ahora entendía mejor su odio a los Royals. De alguna manera se podía entender.

— Y... ¿Qué les sucedió? —Me aventure a preguntar.

— Está claro —Trague saliva— Los Rebels les dieron una paliza que tuvieron que ser internados por un mes. ¡Me dio tanta risa! —Ino se río por un momento, después desvió la mirada mientras fruncía el ceño en una mueca—. Esto me enoja... no entiendo cómo es posible que la directora permita todo esto sólo porque son sus padres los benefactores. Otra vez dinero de por medio.

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