Día 5- Songfic

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El fin de semana se acercaba, y los chicos comenzaban a emocionarse más. - ¡Vamos, viejo! ¡Será divertido! -insistía cierto rubio, abrazando a su novio. -Ya les dije que esas mierdas no me interesan. Dejen de andar jodiendo con eso, si no quieren que los muela a golpes -amenazaba Bakugo, con una expresión hastiada ante la insistencia de los que se hacían llamar sus amigos. - ¡Vamos, Bro! Necesitas salir más -ahora fue el turno de Kirishima, tratando de mantener quietas las manos de Kaminari. Por su parte, Todoroki se mantenía al margen de la discusión; porque incluso para él, era un misterio el cómo terminó por juntarse con ese extraño grupo. Sero le miraba, como dudando en hablarle. - ¿Tú no irás, Todoroki? -soltó por fin, jugando con la pluma en su mano. El aludido alzó la mirada de sus apuntes. -Tampoco me llama la atención.

Esas simples palabras, reanudaron el alboroto, provocando que la bibliotecaria los amenazara con vetarlos del lugar. Shoto y Katsuki, intercambiaron un par de apuntes, al tiempo que ignoraban los susurros de súplica de sus amigos de ir con ellos el sábado a una taberna que había abierto apenas unas semanas atrás. -¡Midoriya irá! -murmuró Denki al divisar al pecoso acercarse a ellos. Todoroki alzó la mirada, curioso ante la afirmación del rubio. - ¿Verdad que si? -preguntó Kirishima, en cuanto Izuku dejó sus libros en la mesa. - ¿Sobre qué? -preguntó algo perdido. -Solo di que sí -murmuró entre dientes Kaminari. - ¿Supongo? -y eso bastó para que la pareja sonriera. - ¿Ven? ¡Midoriya irá a la taberna con nosotros! -los ojos del mencionado se abrieron con sorpresa ante lo que habían dicho. Y así se pasaron los días; cuando les tocaban clases juntos, insistían con la salida del fin de semana; y fuera de clases, no paraban de mandar mensajes o insinuar cuando se encontraban para almorzar. Fastidiado, Bakugo aceptó, amenazando con ser la última vez que lo hostigaban de aquella manera. Y arrastrado por la marea que eran sus amigos, Shoto terminó por unirse.

Finalmente el día había llegado. Una noche anterior, Denki se había encargado de mandarles el mismo mensaje a todos: el código de vestimenta era formal. Todos respondieron con signos de obvia confusión y duda. "¡¿Y por qué mierda hay un código de vestimenta tan ridículo?! ¡Es una maldita taberna, no una puñetera boda!"; Bakugo había expresado los pensamientos de todos. "Es un lugar muy exclusivo, Kacchan", fue la respuesta de Denki, seguido de una larga explicación, de que no era una taberna como a las que estaban acostumbrados; era algo elegante, y podías bailar. No muy atractivo para los jóvenes; sonaba a algo más de gente mayor, pero el rubio aseguraba que iban muchos jóvenes que rondaban su edad.

Todos se reunieron en el departamento que Kaminari y Kirishima compartían, solo para pasar el chequeo de Denki. El primero fue Bakugo: había logrado conseguir un traje color rojo, que combinaba con sus ojos, y debajo del saco, llevaba una camisa color negra al igual que sus zapatos. Deku optó por un clásico traje gris oscuro, con camisa blanca, corbata verde a franjas diagonales y zapatos color café. El vestuario de Iida era demasiado fiel a él: un traje de tres piezas en color azul rey, con camisa blanca, corbata amarilla y zapatos negros. Sero iba tan sencillo como Bakugo: traje gris, con camisa y zapatos negros. Kaminari portaba orgulloso un traje completamente negro, incluso la camisa, con la corbata amarilla como centro de atención. Y desearía decir lo mismo de su novio, pero Eijiro no dejaba de aflojar levemente la corbata roja, y de desfajarse la camisa negra; el mismo trato recibía el traje de un gris oscuro, el cual dejó por la paz, luego de que Kaminari lo golpeara reiteradas veces, por arremangar el saco. El último en presentarse, fue Todoroki. -Como se esperaba de un niño rico -exclamó Kaminari, acercándose a él. -Estoy orgulloso de ti -soltó con dramatismo, como si le estuviera hablando a su hijo. Todoroki arqueó una ceja ante la actitud del rubio; pero esta no era nada exagerada. Pues el bicolor portaba con pulcritud, un traje de tres piezas en color blanco, el chaleco contrastaba un poco debido a su color gris, solo para volver al blanco en la camisa, la corbata azul cielo descansaba contra su pecho, y los zapatos cafés brillaban por lo bien cuidados. Con todos sus amigos alineados, Denki los obligó a posar para una foto. -No todos los días logro que se vean como gente decente -fue su explicación, al tiempo que colocaba el celular para poder tomar la foto de todos.

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