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Solo había una única llave, y la tenía yo, así que no era raro que nadie tocara a la puerta. Salí del baño dejándome media cremallera del vestido por subir y como pude abrí la puerta.

- Me han dicho que estabas aquí. - Me dijo Julen desde el umbral de la puerta.

- Sí, pero en nada me voy. – Me quedé un poco extrañada. Él entró a la casa y fue directo a la habitación donde yo dormía. - ¿Qué haces ahí? ¿Dónde vas?

- Me ha indicado África que esta era mi habitación.

- Es la mía.

- Pues ahora de los dos.

- No. - ¿Pero este quién se cree?

- ¿Por qué? Ya no haymás habitaciones, tendrá que ser así. – Pasé de contestarle y me fui a beberagua.

Me apoyé en el mármol y cogí aire. No me podía estar pasando esto a mí. Sabía que iba a venir, pero lo quería lo más lejos de mí. No sé a qué juega África dandonos la misma puta habitación para dormir, y mucho menos no sé a qué mierdas está jugando él.

Volví a la habitación y lo vi sentado en el suelo con su móvil puesto a cargar. Yo me senté a su lado, qué remedio, mi móvil también estaba ahí y los enchufes en esta casa no estaban cerca de la cama o de algún sitio lógico donde poder sentarse cómodamente. 

- Hemos venido los dos a lo mismo. – Dijo mientras me sentaba a su lado y se rió ligeramente.

- Um, sí. - Creo que mi cabeza aún no está asimilando que me esté hablando.

- ¿Te pasa algo? – Y estará sorprendido y todo dios mío.

- ¿Y a ti?

- No.

- Parece que sí, ya que hace unos días me dejaste de seguir en Instagram y ahora me hablas como si fuéramos amigos de toda la vida.

- ¿Estás picada porque te he dejado de seguir? - Dijo riendose. Mira que soy gilipollas. Siempre digo cosas con las que me quedo vulnerable ante los demás.

- No es eso, es tu actitud. No me vengas de amigo después de tres años. Si no somos amigos como para seguirnos en Instagram, tampoco lo somos como para hablarnos. - Hacía tres años que ya no hablábamos, desde la última vez que estuvimos en una clase juntos. No entiendo a que está jugando, en serio.

- Las cosas cambian. No siempre tienen que ser como la sociedad espera. Ni seguir unas pautas. Que no te siga en Instagram no es que no te siga.

- ¿Y eso qué significa? mira da igual. Las cosas siempre cambian cuanto tú quieres, no cuando yo quiero. Es que ni siquiera sabes si quiero que las cosas cambien.

- ¿No quieres? – Dijo a escasos milímetros de mis labios. Yo estaba paralizada. No entiendo qué está haciendo. Hasta que se lanzó, menos mal que mis benditos reflejos hicieron que eso no pasara y me apartara a tiempo.

- ¿Qué haces? Alucino contigo en serio. – Me levanté del suelo y me senté en la cama. Él se levantó detrás de mí y se sentó a mi lado en la cama.

- Sabes que es una de las cosas que nos quedó pendiente. - Él y yo nunca nos habíamos besado, éramos tan pequeños, que no llegamos ni a eso.

- ¿Y qué? Hace 6 años Julen. Éramos unos críos, normal que hubiera cosas que nos faltaron por hacer. Pero creo que ya somos lo bastante mayores como para saber que si no pasó, es porque debía de ser así.

- Claro, en su momento. Pero a día de hoy, en ningún sitio pone que no podamos. ¿O no quieres? – Volvió a decir a milímetros de mí.

- ¿No vas a parar de insistir?

Look After YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora