Capítulo 9

130 12 12
                                    

Carolina mintió al grupo diciendo que iba la habitación a por una cosa, pero en realidad iba en busca de Daniel. Necesitaba decirle que no estaba del lado de nadie. Solo hizo lo que le pareció justo. Al igual que avisó a Daniel el día anterior de que Junior se había enterado del lío que tuvo con Yoly. Mientras buscaba al chico, los demás seguían en el comedor terminando de comer. Muchos ponían verde a Daniel, y Sonia no soportaba escuchar un comentario más al respecto. Se sentía mal allí escuchando tantas palabras feas contra Daniel.

―¡Vale ya! ¡Dani ya tiene bastante con todo! ¡Dejadle en paz! ―exclamó levantándose de su silla y dirigiéndose a paso rápido hacia la salida del comedor.

Una vez fuera sintió a alguien agarrando su brazo. Rodri la atrapó empujándola suavemente contra la pared.

―¿Entonces le eliges a él?

―Yo no elijo a nadie, tan solo no me parece justo que...

―¡Estás cegada por ese tío! ―exclamó interrumpiendo a una acalorada chica.

Sonia tragó saliva. Se sentía sin salida entre los brazos de aquel chico y la pared.

―¡Vete a la mierda, Rodri! ―consiguió zafarse bajo los brazos del joven de cabello rizado pero éste volvió a agarrarla acercándose aún más a su cuerpo.

Entonces la besó. Un beso con fuerza y apasionado. O más bien, un beso con rabia.

―¡Para! ―consiguió la chica separarlo tras haberle correspondido al beso sin saber la razón.

―Dime que me vaya a la mierda otra vez.

Sus miradas se clavaron en las del otro y un silencio irrumpió el momento. Al ver que Sonia no contestaba, Rodrigo se separó y se marchó de allí. Sonia comenzó a correr hacia las escaleras para subir a su habitación. Lo que no sabía es que Daniel había visto aquel beso entre ellos desde lo lejos. De pronto, Carolina lo encontró.

―¡Dani, por favor, escúchame!

―No tengo nada que hablar contigo ―intentó ignorarla caminando por delante de ella, pero ésta le alcanzó.

―Lo siento, de verdad. Pero pensé que era mejor que lo supiera y...

―Víctor, vámonos ―llamó a su amigo interrumpiendo a la chica.

―¡Haz lo que quieras! ―exclamó la chica una vez más tras sus espaldas―. ¡Sabes que te ayudé en su momento a ti también!

Daniel paró un segundo, pensativo. Sabía que la chica tenía razón y que le había ayudado también a él, pero ya estaba todo hecho. No había vuelta atrás. Sin girarse de nuevo, siguió caminando junto a Víctor perdiéndose por los pasillos del hotel.

El comedor quedó finalmente vacío una vez todos los estudiantes habían terminado de comer. Se hicieron pequeños grupos y se repartieron por distintos lugares del hotel sabiendo que estaban castigados y no podían salir e ir a la playa ese día. Daniel, sentado a la sombra en una hamaca de la piscina, localizó a Luis y lo llamó para hacer las paces después de lo que hablaron en el comedor. Era uno de sus mejores colegas y no quería estar a malas con él. Luis se sentó en la hamaca de al lado sin apenas mirarle. Se sentía algo incómodo. Daniel le pidió perdón por haberle hablado mal y Luis le perdonó finalmente.

Varias horas más tarde cuando el sol comenzaba a ponerse tras el edificio escucharon la verja de la piscina abrirse. Ana y Junior aparecieron tras ella. Ella le tenía agarrado por la cintura. El chico no tenía aún muy buena cara. Daniel los fulminó con la mirada al verlos de lejos. Junior no se percató aún de la presencia de su enemigo y caminó junto a Ana hasta llegar a la hamaca donde se encontraba Elena.

Viaje de fin de curso✔️ #ttw2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora