Capítulo 14

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Unas plantas más arriba, Juanma abría la puerta que daba a los jacuzzis.

―¡No hay nadie, vamos!

―Espera, es la voz de Dani ―contestó susurrando con la oreja pegada a una puerta entreabierta que daba a la sauna―, creo que está con alguien.

―¡No seas cotilla! ―exclamó Juanma sonriendo sin poder evitarlo. Le encantaba esta chica.

―¡Ssh! Calla... Me parece que la otra voz es la de Anita. Qué fuerte...

―No te entiendo, Dani ―decía Anita―, ahora de pronto me vuelves a hablar con normalidad. ¿Qué te pasa?

―¿A qué te refieres?

―Ayer en la playa me rechazaste y luego pasaste de mí durante horas. ¿Y ahora de repente me hablas?

―Tengo que explicarte algo ―miró a su amiga―, aunque parece que no me conoces. Me gusta estar contigo pero a solas. O sea, no ir besándonos por ahí. No quiero nada serio con nadie ahora mismo.

En ese momento se callaron por lo que Juanma y Carolina siguieron hasta el jacuzzi tras haber escuchado aquella conversación privada.

―Qué fuerte... ―resopló Carolina una vez ya solos dentro del jacuzzi.

―¿Por? Tampoco es para tanto.

―¿Cómo que no? A saber lo que hacen ahí metidos ellos solitos, y encima no son novios. Anita es una suelta...

―Si ambos están de acuerdo no le veo nada extraño.

Carolina le miró no con muy buena cara y preguntó:

―¿Eso piensas? ¿Tu también harías lo que hace Dani con las chicas?

El chico se encogió de hombros sin saber qué más decir. Carolina resopló y se levantó de pronto diciendo que no le apetecía seguir allí. Juanma no entendía nada. ¿Qué era lo que le había molestado? Fue al salir de allí que Rodrigo la vio y la siguió entrando al mismo ascensor. Entonces se fijó en que estaba llorando.

―¿Carol? ¿Estás bien?

―Sí, no es nada. ―se secó las lágrimas.

Sin embargo, Rodrigo insistió y terminaron sentados en las escaleras de la misma planta de las habitaciones. A pesar de saber que Rodri era un mujeriego y un creído, le reconfortaba sentirse arropada por él.

*

Sonia llevaba un rato sola en la playa sentada en la arena y mirando al mar. Era bastante relajante.

―Hey, ¿qué haces aquí tan sola?

La voz de Junior le produjo un escalofrío. El joven se sentó a su lado.

―Nada, pensar en mis cosas.

―¿Qué cosas son esas?

―Nada de verdad.

―Vale, pues si no son nada cuéntame otra cosa. Dame conversación ya que he venido hasta aquí. ―sonrió.

―De verdad, no tengo nada que contar. Me gustaría estar sola.

―¿Y si no quiero irme?

―Por favor, Jun... ―un beso interrumpió que terminara de hablar.

―¿Aún quieres que me vaya? ―sonrió de nuevo a pocos centímetros de sus labios.

Sonia se lanzó entonces a su cuello cayendo tumbados sobre la arena. Así conseguía quitarse de la cabeza al idiota de Santi. Decidió entonces centrarse únicamente en los labios de Junior que cada vez le resultaban más apetecibles.

Viaje de fin de curso✔️ #ttw2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora