Capítulo 2

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Sonia, Nerea, Carolina y Ángela se encontraban ya sentadas en una de las mesas a punto de ser servidas. En una mesa algo más lejos se acababan de sentar las inseparables Ana y Elena. El primer grupo se sentía seguro, ellas eran más. Sin embargo, aquel momento feliz desapareció cuando dos chicos se acercaron a la mesa de Ana y Elena. Aquellos dos chicos eran Junior y Daniel. Aunque no les sorprendió demasiado, ya que ambos seguían a Ana a todas partes como perritos falderos. Lo que más le molestó a Sonia fue ver como su amor platónico, Rodri, se sentaba también junto a esa mesa. Sonia llevaba enamorada de este chico desde hacía dos años, es decir desde primero de Bachillerato. Y sí, era un amor platónico, de esos chicos inalcanzables que sabes que nunca se fijará en ti. Le molestaba muchísimo que Ana estuviera siempre tan bien rodeada. ¿Qué tenía ella que hacía que los chicos más populares del instituto la siguieran a todas partes?

―¡Carolina!

Aquella voz pilló a las chicas de imprevisto, sobre todo a la nombrada que se puso roja como un tomate. Era Gonzalo. Le estaba dirigiendo la palabra por primera vez desde que lo conoció en clase hacía ya casi un año. El chico se acercó a la mesa de las cuatro chicas y mirando a Carolina dijo:

―Oye, me han contado algunas chicas lo que ha pasado en el baño, pero no me entero de si es verdad o mentira. Tú que eres de fiar, cuéntame el cotilleo anda.

Entre las cuatro contaron al chico lo ocurrido, ya que Carolina estaba demasiado nerviosa con aquella situación como para hablar todo de una. Elena, ex novia de Gonzalo, miraba hacia la mesa de las chicas con mala cara.

Media hora más tarde y con sus estómagos llenos se volvían a sentar en sus asientos del autobús rumbo a Benidorm. Victor le devolvió a Nerea el cargador y ésta se derritió por dentro de nuevo como cada vez que le miraba con esos intensos ojos verdes.

Transcurrieron dos largas horas y los alumnos estaban cada vez más nerviosos y ansiosos por llegar a la playa. Ana y Elena, sentadas juntas esta vez, hablaban por lo bajo para no ser escuchadas.

―Tía, no te dejes aplastar por la Sonia ésa. Qué estúpida... ―comentaba Elena con los brazos cruzados.

―No me dejé aplastar, no quería bronca y por eso no le seguí el juego, pero estoy tranquila. Tengo a muchos más de mi lado que ella. Sonia es una don nadie.

Unos asientos más adelante se encontraban Ángela y Nerea. La primera resopló tras haber echado un vistazo a los asientos traseros y dijo:

―Ahora Anita va y se sienta con Elena en vez de con Dani como tanto quería. No la entiendo nada.

―Ve y siéntate con él.

Ángela rió como si aquello fuera un chiste.

―Sí, claro. Para que diga que no y me deje mal delante de todo el autobús.

Sin saber cómo, Nerea le convenció y ahora Ángela caminaba por el pasillo del autobús para sentarse en el asiento libre al lado de Daniel. Pero Ana ―que era bastante avispada― se fijó en el detalle y corrió para sentarse al lado del chico. Éste observó a ambas confuso ante tal situación y dijo:

―Si no os importa prefiero sentarme solo.

―Pero si antes nos hemos sentado juntos, cari ―colocó Ana su mano sobre el hombro del chico.

―Anita, lo digo en serio ―se apartó un poco acercándose más aún al lado de la ventana.

La joven de corta estatura se levantó algo enfadada por haber quedado mal delante de Ángela y se volvió a su asiento al lado de Elena. Ángela miraba a Daniel pero éste miraba por la ventana sin prestar atención a nadie por lo que la chica de clara melena se volvió a su asiento.

Cerca de la una de la tarde una de las profesoras se levantó de su asiento y caminando por el pasillo dijo en voz alta para que su voz llegara al fondo del autobús:

―¡Bueno, chicos, ya casi llegamos! Pasaré por cada asiento para apuntar los nombres con los que vais a compartir habitación en el hotel. Os doy unos minutos por si aún no lo tenéis claro.

Tras varias conversaciones, la profesora ya tenía apuntada toda la información en su libreta. Y allí estaban al fin. Frente a un lujoso hotel de cuatro estrellas que tenía todo lo necesario para poder divertirse. El hotel estaba a pie de playa y frente al paseo marítimo. Más no podían pedir. Enseguida se encontraban todos frente a la puerta agarrados a sus maletas esperando a que las profesoras les dieran la orden de entrar hacia la recepción. Una vez todos listos, siguieron a las dos profesoras hacia el interior. 

*Continuará...

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Sé que este capi es algo cortito :) 

Si llegamos a 600 seguidores en #Instagram hoy (va por 596) os subo capi doble :P

Gracias a todos los que habéis empezado a leer :)

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Viaje de fin de curso✔️ #ttw2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora