Cap. 1: La llegada

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A veces me siento muy solo, la mayoria del tiempo estoy estudiando sin compañía o simplemente me la pasó jugando videojuegos solo, no tengo muchos amigos ya que mis padres creen que las amistades reducen mi capacidad para el estudio, y perderé tiempo valioso que puedo utilizar para cosas que si son útiles, como estudiar.

Aunque no me parece tan malo estudiar, el mundo y lo que nos rodea es bastante interesante, muchas cosas que descubrir, de echo estoy haciendo varias investigaciones interesantes y una de las que más me fascina son las que hago sobre física relativa, es interesante estudiar los fenómenos como las rupturas espacio temporales, son realmente geniales.

Vivo con mis padres y mi hermano mayor, no me la llevo bien con el es demaciado payaso y mando además que es el consentido de mis padres.

Mi vida es simple y no hay nada especial que contar, solo soy una persona monótona y aburrida, tengo que hacer algo los escaner están vueltos locos, debo repararlos la tormenta de ayer debió dejarlos inútiles.

Narrador

El joven rápidamente subió al techo y se puso a trabajar en las antenas en medio de un día lluvioso, las tormentas últimamente eran comunes en el lugar donde vive, después de una hora revisando bajo de nuevo al segundo piso y entro en su cuarto, nuevamente encendió su escaner para encontrar la mismo falla.

Debe ser una falla del sistema operativo, debe ser un fallo en la interpretación de la señal a la computadora -dijo fastidiado mientras se llevaba las manos a la cabeza- estás lecturas son imposibles -goloeaba la mesa frustado por es suceso-

¡Yael!, ¡Hora de comer hijo! -grito la madre miestras este obedecía y bajaba las escaleras-

¿Qué hay de comer hoy? -se hacercaba a la mesa y se sentaba a un lado de su padre-

Un salmón que tú padre trajo del mercado, siéntate y sirvete lo que quieras -ofrecio su madre amablemente-

Si necesitas acabar algo de la tarea, puedes subir a tu cuarto y llevarte el plato si quieres -agrego el padre antes de que Yael tomara una cucharada de arroz blanco-

No es necesario padre, solo estoy terminando unos ajustes en mis radares ya sabes los necesito para mis investigaciones de campo -tomaba haciendo y empezaba a comer un pedazo de salmón con algo de arroz blanco-

Suerte hijo, esa investigación tuya se ve muy fuerte prometedora -felicito al muchacho mientras se llevaba una cucharada de sopa a la boca-

Sigue haci hijo, y serás el orgullo de la familia -le dijo la madre miestras le ponía una mano en el hombro-

Cómo digan.... -balbuceo y se puso a comer-

Después de media hora, Yael fue de nuevo a su cuarto y de nueva cuanta se puso a revisar su computadora, trabajo por 3 horas sin mover ni un ojo de la pantalla, cada código y nueva configuración que este hacía era inútil una gran nube de energía se hacía presente en todo el lugar donde vivia.

No lo entiendo, esta cosa detecta una gran concentración de energía aquí y está -revisaba el monitor detalladamente hasta que logró encontrar un patrón- no.... o si???!, acaso, claro está concentración de energía se acomulara en un punto, a las afueras del pueblo -tocaba el monitor mientras veía en la pantalla la acomulacion de energia-

Paso una hora y Yael se había quedado dormido en frente del monitor hasta que un pequeño beeb sonaba una y otra vez hasta que el insesante sonido levantó al joven de la pantalla- 

Cinco minutos más por favor mamá, espera, - rápidamente alzaba el rostro y veía el monitor- ¡¿Qué?! -exclamo con asombro mientras se ponía de pie, tomaba una mochila y se dirigía al primer piso-

No creí enamorarme de un Pokémon SEGUNDA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora