Cap. 2 Una invitada en casa

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Yael se encontraba caminando rumbo a su casa, ambos tenían mucho cuidado de no ser vistos.

Poco a poco se acercaban a la casa de Yael, pero la lucario se percataba de algo en el ambiente le hizo señas a Yael para que parará en un callejón.

Uff... si que estas pesada, 54 kilos si que son molestos a la hora de cargar -vacilo mientras la lucario le veía al rostro enojada-

¡Calla idiota!, ¡jamás le dices eso a una mujer! -exclamo molesta mientras le daba un Zape en la cabeza a Yael- pero mira, algo no está bien debemos ir con más cuidado -agrego la pokemon-

Pero que pasa, si de verdad eres una lucario usa el aura para ver todo el pueblo -comento un poco incrédulo-

Buena idea -respondio mientras se llevaba una pata al pecho- si... veo varios tipos, se acercan muy rápido -explico la pokemon mientras veía una de las esquinas de la calle- por allí -señalo lucario-

Unos instantes después un gran número de coches todo terreno paso por el lugar, Yael y la lucario prestaron atención a los coches, uno de ellos se frenó justo en la esquina para hacer guardia.

¡¿Agentes?!, ¿que hace aquí?, ¿tan pronto les llegó la noticia? -balbuceaba mientras veía los autos pasar hacia el bosque-

¿Agentes? -pregunto la pokemon extrañada-

Personas del gobierno, que si te descubren van a capturarte y hacerte varios experimentos ya que los pokemon no existen en este mundo -explico un poco nervioso-

¡Primero tendrán que pasar sobre mí!, ¡Ahgg! Mi cuerpo -se quejo la pokemon del dolor-

Ya, ya, mujer maravilla -burlo el joven mientras veía la camioneta- ¿alguna idea? -pregunto a la pokemon-

Si no hay más caminos, lo único que podemos hacer es escabullirnos mientras estén distraídos -obserbaba la lucario con cuidado-

Hasta estratégica me salió la señorita, mi casa esta a otras 3 cuadras de aquí -agrego mientras observaba a los agentes-

La lucario dio una señal para que Yael empezará a moverse con cuidado a través de los arbustos, poco a poco pasaron desapercibidos por los agentes.

Sigilosamente recorrieron las calles, tratando de no llamar la atención de las pocas personas que pasaban por las calles llenas de oscuridad, tiempo después lograron llegar a la puerta trasera de la casa de Yael.

¿Esta es tu cabaña? -pregunto con algo de asombro la pokemon-

Si, aunque mi cuarto es el de la esquina, no es muy grande pero hay suficiente espacio para dos personas - le dijo a la pokemon mientras tocaba la puerta-

Lentamente y con cuidado, una joven abrió la puerta dejándolos entrar al patio trasero de la casa.

¡¿Que?!... ¡no era mentira lo de un pokemon en nuestro mundo! -Grito la joven nerviosa al ver a la lucario-

¡Cállate! -le susurro Yael- ¿quieres que nos atrapen -recrimino mientras dejaba a la lucario en el césped-

Tranquilo -respondio la joven- mira ya tengo planeado algo -le mostraba una casa de campaña armada- mete a lucario alli y yo en encargo de sus heridas -indicó la muchacha mientras abría la tienda de la cabaña-

Gracias Lucy -agradecio Yael mientras deja a la pokemon dentro de la cabaña y este se acercaba a un telescopio-

Hola, yo soy Lucy, es emocionante conocer a un lucario -comento Lucy emocionada mientras tomaba un botiquín-

Otra igual..., ¡Que no soy macho puta madre! -grito molesta-

No grites -susurro a la pokemon-, perdóname es que pareces macho -aclaro mientas comenzaba a desinfectar algunas de sus heridas-

No creí enamorarme de un Pokémon SEGUNDA TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora