3 parte 2

369 39 16
                                    

...

– ¡Tenemos que correr hasta allí –señaló la ojimiel a lo lejos, Theodore vio con dificultad entre los arboles el lugar al que se refería la castaña –Una vez que estemos allí se dictaran los siguientes pasos, Lizzy no me quiso decir más. ¡Ay que frío! Y se reagruparan las parejas aumentando número.

¿Quién era Lizzy?

La ojimiel sopló sus manos para calentarlas un poco.

Theodore la observó bien, su cara estaba pálida y la sangre en sus mejillas se notaban de un color purpura claro. Sus pecas eran más notorias por el frío, Hermione Estaba vestida con varias chompas y su túnica puesta, al igual que él ella amaba el uniforme, Hermione tenía orejeras puestas y un gorrito de lana puesto sin chocar su frente encima de ella, al igual que él y varios estudiantes ella ocupaba la capucha, una chalina de colores opacos le cubría el cuello entero y una parte de su mentón, la chica había sido muy prevenida en cuanto al frío. A comparación de ella Theodore estaba demasiado desabrigado, el no planeaba salir del castillo, sin embargo, la chompa traída de Milán se defendía del frío pero aún así el viento que soplaba era muy fuerte.

Vio dónde hace instantes señaló la castaña. Eran hongos, tal vez más de treinta hongos, parecían pequeños asientos.

Agradeció que Hermione no hablaba mucho cuando estaba concentrada, solo hablaba cuando era necesario y no le exigía una respuesta, se conformaba con un asentimiento de cabeza, y por lo menos ya estaba tranquilo por la mano de Hermione, ella se había puesto guantes y su tacto ya no le erizaba los pelos de punta, al menos podía respirar normal.

Iban caminando despacio, el prefecto les había asegurado que no era un carrera.

Vio como la castaña buscaba con la vista a sus amigos, él también los buscó disimuladamente pero no había rastro de ellos dos. Una sonrisa apareció en su rostro al ver como la leona buscaba a sus amigos con el ceño fruncido, hacía verla tierna en algún aspecto. Recordó que en ciertas ocasiones había visto como Hermione regañaba a sus dos amigos.

Por alguna extraña razón, a medio metro de la meta, el prefecto dio un grito señalando la meta y todos empezaron a correr, todos. Hermione tiró de la mano a Theodore y ambos empezaron a correr. Antes de llegar Theodore vio algo brilloso en el piso y antes de que pueda decirle a Hermione ambos resbalaron por el pasto mojado, de hecho muchos estudiantes resbalaron. Theo se golpeó los codos y por si no fuera poco la chica a su lado no paraba de reír. Theodore se sumó a su risa más por el hecho de que ella reía que del que se hayan caído.

– ¡Eso fue genial! Me recordó a primero y tercero –habló la castaña recogiendo sus mechones de cabello que se habían posicionado en su cara.

Hermione giró su cabeza para ver si él estaba bien pero se le quedó mirando y su risa se apagó. Theodore se preguntó por qué había dejado de reír pero el viento que soplaba y alborotó la coronilla de su cabeza le hizo darse cuenta que su capucha se había movido de su sitio y que ahora se podía ver su rostro y gran parte de su cabello. Se horrorizó ciando escuchó la voz del prefecto llamando una especie de lista con nombres y mucho peor fue cuando todos los estudiantes se estaban "acomodando" con un gran desorden. Esa era su oportunidad de irse.

Hermione iba a decirle algo, pero antes que articulara una sola letra llamaron su nombre.  Hermione aún en el piso se distrajo y giró su cabeza para decir presente, esa era la señal, Nott se puso sin importar que le vean el rostro y se marchó con prisa y nerviosismo, una vez haber salido del tumulto Theodore echó a correr hasta llegar al castillo sin aire en lo pulmones, había tenido una tarde muy alocada, apenas eran las cinco de la tarde y en el cielo no había rastro de sol. En la entrada, mientras tomaba aire, pudo observar que lo estudiantes que estaban rondando por ahí eran de casas como Hufflepuff, Slytherin o Ravenclaw, ningún Gryffindor caminaba por ahí.

Huellas de LodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora