La maldad tan seductora toca una estela
de tu vida la deshonra y noches en vela,
lágrimas que bañan de sudor, tu piel desnuda,
dime a dónde voy.
El dolor tan puro vibra al estallar
de tu juventud un momento y sufrimiento,
fortaleza falsa en tu seguridad, protección
insana contra la inmensidad.
Abre tus alas al viento, escapa por la
puerta de enfrente, si te detienen tan
sólo ríe, hoy eres libre y puedes volar.
Con orgullo, la cabeza en alto, grita
fuerte y sonríe al andar, sé valiente
y defiende tu verdad, pronto estarás en
libertad.