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Morris, la calle más tranquila que se pudiese obtener. El sosiego envuelve de manera abrasador ; las cuatro ruedas de un automóvil descienden sobre el pavimento de una calle saliendose precavidamente ante la grada diminuta y pintada de blanco del vecino Min Yoongi.

Tras una venta de Auto usado por Internet, Peugeot  llegó a la vida del adusto hombre blanquecino siéndole de uso necesario para su transcurso de labor. Peugeot es el modelo de un auto rojo y de muy buen estado, no había tardado en demasía tras los ahorros que se había generado durante esos últimos dos años de la pérdida de una familia, en obsequiar los $70,000.00, cuando le ha tocado el momento oportuno. Pese a ser de un modelo sencillo y barato en ese instante, a diferencia del resto del vecindario cargando con un Nissan sunny o Chevrolet Astra, compartía la mínima delicadeza de acelerar cual motor 150 a 170 cilindradas. Que por desgracia, provocaba la retorcida envidia en Tom Savant.

Tras una llamada por la noche anterior muy temprana entre un compadre y una comadre, Yoongi había obtenido la grandiosa aceptación de trasladar al ahijado único de su vida para su hogar, esa mañana Min Yoongi fue tras el niño Park Jimin.

Los vecinos de la calle Morris hicieron cola en sus territorios correspondiente viendo al vecino Min salirse más temprano de lo debido. El amargo, según el vecindario, individuo bajó de sus ventanillas dando ademán levemente a todos los que hacían de fisjones ante su partida. Con gratas y amables sonrisas.

La nieta de la señora Escarlata, con un animal peludo y pardo en brazos, se asomó sobre la calle con aquella sacudida cabellera rubia ante la brisa mañanera. Delgada y blanquecina, ojos castaños y sonrisa seductora, es, por lo convincente, la que robaba la mayor atención de un desinteresado hombre desde un par de años. Min Yoongi encorvó levemente la comisura de sus labios al notar la atención de una joven de 20 años girar ante él y saludarlo con la misma indirecta mutua. Emma esbozó ampliamente de sonrisa cautivante.

Y ese gustuo mutuo era tan notorio para el resto de los indiscretos vecinos.

No había sentado mal la idea propuesta para sí mismo el de obtener la compañía de alguien que pese a no ser de su sangre pudiese integrarse como tal. Min Yoongi recuerda aquella ocasión donde ante un padre de iglesia se sometió al compromiso de formar parte de la vida de un niño que resultó ser hijo de la amiga desde la infancia de su fallecida mujer. Un niño había nacido cuando el suyo tenía tres años y medio cuando entonces. Era pequeño y de regordetas mejillas tanto como el físico por completo. De pocos cabellos y tan negros a pesar de ser solo unos vellos.

Un bebé que resultó ser el más tranquilo y el cual se pasaba el resto de todo el día, durmiendo. A diferencia del suyo que habían existido madrugadas en que siquiera dejaba descansar.

Sobre la ciudad Hillsborough, tras un recorrido de más de una hora debido al tránsito que no calculó que existiera, Min Yoongi disminuía el trayecto sobre una acera de una casa tan suntuoso como se pudiese ver a simple vista. Las ventanas de madera blanca y vidrios transparentes de una casa mucho más modernizada de lo que se podría imaginar hacían abiertas y, notoriamente aún así, parecía deshabitado.

El muro de una residencia a la vista del hombre eran vivamente de arbustos tan excelentemente podadas y perfectamente creadas de tal manera y sencillamente una rejilla blancas ocupaba de entrada. Uno de los pilares obtenía de un timbre eléctrico.

Min Yoongi encorvó una ceja, observando desde su asiento de manera peculiar tan pared fundada de arbustos, pensando que muy pronto la casa podría envolver toda una planta de ese modo. Restó importancia a algo que siquiera debiese dárselo, dispuesto a enmarcarse a ese territorio, el sujeto dio un seguro de llave al automóvil y encaminó a dirección del timbre.

Padrino [MYG + PJM] - [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora