Hateful Love [Kris Wu]

Capítulo 21

El brunch estaba siendo tal y como Hye Min había imaginado: insufrible. Le dolía la cara de tener que forzar tantas sonrisas, la gente no dejaba de preguntarle si estaba feliz con el compromiso de su hermano o cuál fue su reacción cuando se enteró, le hubiera gustado decir que la misma que el resto de las decenas de personas que estaban allí porque no habían pensado en ella para decírselo. Se sentía tan abrumada y enfadada que decidió apartarse del gentío y retirarse a la terraza.

- Por fin te encuentro - la voz de su hermano le sobresaltó. Se acercó a ella con una tímida sonrisa- Quería hablar contigo, saber qué opinas.

- Podías haberlo hecho antes - respondió sin rodeos- Y no esperar que me enterara a la vez que los demás.

- Hye Min - el tono de su hermano intentaba ser conciliador pero la culpabilidad ganó todo el terreno-, no quería hacerlo así. Creo que me conoces lo suficiente como para saber que todo este teatro no es algo que yo quiera hacer.

- ¿Y por qué has cedido? - le inquirió- Podrías haber dicho que no, siendo tú seguro que habría colado.

- No era algo que pudiera negociar - admitió- Cualquier buena noticia es clave para la empresa. Me hubiera gustado contároslo en una cena, estando solos, me hubiera gustado contártelo a ti antes que nadie. Pero a veces las cosas no pasan como nos gustaría y tú lo sabes bien - Hye Min agachó la cabeza, su hermano sabía perfectamente como llegar hasta ella- Entiendo que estés enfadada, tienes todo el derecho y vengo hasta aquí, lleno de vergüenza y arrepentido, a pedirte perdón.

A Hye Min se le escapó una sonrisa.

- No estoy enfadada - dijo- Bueno, si estaba enfadada, pero contigo ya no. Odio que papá nos utilice como si fuéramos títeres. ¿No te cabrea que haya utilizado tu compromiso como publicidad para la empresa?

- Si me cabreara por todo lo que papá hace mal haría tiempo que estaría desheredado- respondió. Y aunque lo dijo con tono de broma, Hye Min sabía que su hermano hablaba muy en serio. Cualquier gesto, o palabra, fuera de lugar costaba mucho más que un castigo en su familia. - Lo último que tienes que hacer es demostrarle que te afecta. Vuelve ahí y pásatelo bien. - le rodeó los hombros con el brazo y la guió hacía el interior- Además, he visto a Kris por ahí -le susurró-, que no cante mucho, pero divertíos.
Hye Min le miró sonrojada y, tras apretarle la mano en señal de paz, se fue en busca de sus amigos. Cuando llego hasta ellos escuchó a Chan Yeol contar un chiste del que, gracias a las dos copas de champan de más que llevaba, hasta ella se rió. Fue a coger otra copa cuando Kris le cogió de la mano impidiéndoselo.
- Yo creo que ya llevas suficientes, ¿no? - le susurró bajando sus manos por debajo de la mesa para entrelazarlas- No le des a tu padre lo que pide.
Hye Min le miró sorprendida. Eran prácticamente las mismas palabras que había usado su hermano, pero cuando le vio sonreírle se relajo y con la mano que le quedaba libre cogió un canapé y dándole un bocado asintió sonriendo. Kris sacudió la cabeza sonriendo.
Quizás su padre podría jugar con su vida, como si fuera una marioneta, pero había algo que no podía tocar, algo que estaba fuera de su alcance y era solo suyo. Y eso era Kris, lo que ellos dos tenían era inexistente a ojos ajenos, más allá de sus amigos, era algo privado, era su refugio. Sabía que su padre se encargaría personalmente de acabar con aquella relación, por eso Hye Min se esforzaba tanto por proteger su relación, sabía que a Kris le molestaba, incluso aunque no lo dijera, sabía que había ocasiones en las que no llegaba a entender porque no podían ser como cualquier otra pareja. Pero Hye Min se negaba a quedarse sin aquello, sin sentirse en paz rodeada de sus amigos, sin tener su mano entrelazada con la persona a la que más quería. No iba a darle a su padre el placer de quitárselo.

El resto del brunch transcurrió con bastante tranquilidad. Hye Min no se separó de sus amigos, ignorando así a su padre, el cual estaba bastante ocupado recibiendo la enhorabuena de todos aquellos empresarios que hacían las veces de amigos de la familia. Concentrándose en las conversaciones que surgían alrededor de la mesa todo parecía mucho más ameno, más liviano. Sus amigas hablaban de las ganas que tenían del baile de "Blanco y Negro", ella ni si quiera se había acordado de que aún no tenía acompañante. Hasta esa misma mañana pensaba buscar en su agenda algún chico que respondiera al perfil de sus padres, la excusa por la cual no bajaba las escaleras con Joon Myeon ya la inventaría más tarde. Sin embargo, cada vez estaba más segura de cambiar de planes, si en su familia no contaban con ella para tales noticias, no tendrían derecho alguno a elegir quien sería su acompañante en un acto tan importante.