Capítulo 12.- Oscuridad en la luz

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Disclaimer: Los personajes de Sherlock Holmes no me pertenecen, sino a su autor Sir Arthur Conan Doyle, la serie "Sherlock" pertenece a la BBC. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Sherlock, John Watson y otros.

Aclaraciones y Advertencia: Este fic contiene Slash, angustia y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

Resumen:Sherlock despertó solo en la cama, como había estado sucediendo en los últimos meses. Después del sexo —si es que llegaba a suceder—, John se levantaba nada más terminar, se daba un baño y se iba a su antigua habitación, dejando al detective con el corazón roto y sintiéndose como una vulgar ramera.

Beta: Lily Black Watson.

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Y se fue el amor

Capítulo 12.- Oscuridad en la luz

Sherlock ya cruzaba la semana treinta y seis. Antonio dividía su tiempo entre las frustrantes terapias, sesiones molestas con Taylor, Molly y Sherlock era lo único que lo salvaba de caer en la depresión.

John guardaba distancia de ambos; la situación era tan incómoda que muchas veces estuvo tentado en abandonar el 221B, pero nunca lo hizo, se había jurado a sí mismo, permanecer al lado de Sherlock y esta vez, iba a cumplir.

—Estas... muy arreglado —comentó John mirando a Antonio que acaba de entrar en la cocina donde Watson preparaba algo de té. Al español se le hizo extraño, pues, él solía dedicar mucho tiempo a su arreglo personal y ese día no usaba ropa de calle, ya que no pensaba salir.

—Luka vendrá con el doctor Taylor —dijo el ibérico —. Gracias —agregó al recibir una taza de té.

John sonrió al saber que Joshua iría a visitarlos, aunque solían salir casi todas las noches a cenar o bien, a tomar un café, le agradaba tener al hombre que consideraba el héroe de su infancia. Hablaban de viejas épocas, fue así como se enteró que Frederick se convirtió en profesor de una preparatoria en Liverpool; sobre la muerte de Laurel en el cumplimiento de su deber (algo verdaderamente doloroso), y también de Charlotte, quien había nacido un año después de haberse mudado del vecindario; ella había tomado la misma carrera que su padre y tenía un consultorio en Londres.

La risa de Antonio sacó a John de sus pensamientos. Seguramente el medicamento que el español tomaba, lo estaba volviendo completamente loco.

—Mil disculpas. Recordé algo que Luka me comentó, respecto a los planes del doctor Taylor y de la doctora Wong.

—¿Puedo saber de qué se trata? —preguntó John, curioso.

—El doctor Taylor y la doctora Wong planean darle a Sherlock muñecos de entrenamiento —John levantó una ceja. ¿Acaso había escuchado bien?, trató de imaginarse a Sherlock con uno de esos bebés de juguete y entonces, él mismo se vio estallando en risas; la sola idea de imaginar a Sherlock practicando el cuidado correcto de sus hijos era... completamente risible.

—Dudo que Sherlock acepte eso.

—Eso mismo le dije a ellos, pero la doctora Griffin le pidió a Luka que se encargara de convencerlo —suspiró —, y él no es precisamente amable. Resulta ser más testarudo que una mula.

—Sherlock no se queda atrás —intervino John.

—Precisamente —ambos doctores suspiraron con cansancio al comprender el infierno que les esperaba.

Y se fue el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora