Capítulo 8.

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Me desperté al escuchar demasiado ruido. Salí de la cama y abrí la puerta de la habitación. Ví a las chicas escondidas detrás de los bordes de la puerta de la cocina.

-¿Qué coño hacéis?-grité.

-Acaba de salir un tio muy extraño de la habitación de Leah.-dijo Marta con sorpresa.

-Habrá ligao'.-dije.

-Si, si ligar habrá ligado pero la cuestión es con quién.-me confesó Nora y me asomé.

-Buenos días Dylan O'brien.-dije entrando por la puerta.

-¿Has dormido bien?-Natalia me siguió el rollo y le puso una mano en el hombro.

-Dormir lo que se dice dormir.-dijo él y se escucharon risitas en la puerta.

-Bueno, me voy a la ducha sorras.- y salí por la puerta.

Me duché al ritmo de 5sos. Salí, me sequé y me vestí. Recibí una llamada.

*conversación telefónica*

-Buenos días, princesa.-susurró sensual.

-Buenos días.-dije con tono cariñoso.

-Abreme la puerta.-y efectivamente ahí estaba con su guitarra. Colgamos.

-Hola Dylan.-saludó Ed nada más entrar y Leah apareció por la puerta de su habitación.

-Buenos días Dylan, hola Ed.-dijo cariñosa tal y como realmente era.-Buenos días Bianca.-me dio un beso en la frente.

Ed y yo nos fuimos a mi habitación, se sentó a un lado de mi cama y yo al otro, él afinaba su guitarra y yo miraba cada uno de sus movimientos con detenimiento, terminó y comenzó a tocar una canción que supuse que conpuso él mismo «Photograph». Las lágrimas corrieron por mi cara.

-No llores preciosa.-y me cogió la mano, dejó la guitarra con la otra y a continuación cogió mi otra mano, bajó la mirada.-No quiero hacerte llorar nunca y no lo haré.

-Te quiero tanto.-salió el impulso de decir esas palabras de lo más dentro de mi. Y nos quedamos en silencio.

Leah.

Me estaba vistiendo, buscando mi sujetador pero Dylan irrumpió en la habitación.

-¿Qué buscas?-dijo cerrando la puerta a su espalda.

-Mi sujetador.-dije tapandome los senos.

-¿Te refieres a este?-dijo con tono insinuante mientras lo sujetaba en sus manos.

-Si, ¿me lo puedes dar por favor?-sonreí.

-No sé por qué te tapas si ya he visto todo lo que escondes.-y esbozó una sonrísa torcida.

-Dylan, dámelo.-dije mordiendome el labio.

-Mi nombre suena muy bien en tu boca en este momento.-reí.

Se fue acercando poco a poco más a mi, me cogió de la cintura y nos tumbamos en la cama, él encima de mi. Fui perdiendo el control mientras él me besaba, yo le desabroché los pantalones y Dylan hizo lo mismo con los mios. Me los quitó, así sin más. Acarició con sus dedos la parte baja de mi vientre y siguió bajando, bajó lentamente mis bragas con un dedo y gemí. Mis pies se encargaron de lo poco que quedaba de sus pantalones. Noté su miembro erecto. Le empujé y quedé yo encima. Acaricié su abdomen con mis manos y bajé hasta llegar a sus calzoncillos. Me empujó y volví a quedar debajo.

-Shhhhh, dejame el trabajo sucio a mi.-susurró.

Sonreímos pícaramente. Seguimos adelante con el tema y se introdujo dentro de mi. Estallé pero ahogó mi grito con un apasionado beso. Fue acariciando mi cuello, mi clavicula y mi vientre con sus labios. Llegó a mi feminidad y hundió su boca en ella. Se entero que estaba a punto de correrme y volvió a embestirme con su pene.

Salí de la cama y me fui a la ducha, me enjaboné el pelo y noté que alguien entró.

Saqué la cabeza para ver quien era y ahí estaba Dylan. Me asusté y mi corazón iba a mil por hora.

-¿Te he echo daño?

-No.-dije mientras se metía en la ducha y me abrazaba por detrás, acaricié su muslo con mi mano llena de jabón.

-Mmm con que te apetece sexo jabonoso.-dijo.-No podrás sentarte en un par de días.

-Podré aguantar.-reí mientras me daba la vuelta y él me besaba.

Natalia.

La mañana pasó rápida. Por la tarde me puse a escuchar música en mi habitación. Miré el reloj de mi móvil, eran las cinco. Me duché, me puse unos vaqueros y una sudadera y recogí mi pelo en una trenza que me hizo Selena. Estabamos en mi habitación.

-¡FRITANGA!-se escuchó la voz del vecino.

-¡CHÚPAME EL TANGA!-contestó Selena.

Reímos un buen rato, quedaría para la posteridad.

Recogí mis cosas en una mochila y salí de casa.

Entré en la libreria y enseguida entró Jacob por la puerta.

-Buenos días princesa.-me saludó con dos besos.

-Buenos días.-sonreí.

-¿Confías en mí?-Jacob levantó mi barbilla y me miró a los ojos.

Asentí con la cabeza. Fuimos andando hasta un bosque que estaba a cinco minutos de la universidad.

Los últimos rayos de la tarde nos dislumbraban, corriamos como tontos de la mano, yo reía cada vez que Jacob se "comía" una hoja pintada por los colores del otoño. Llegamos a un buen sitio, se sentó bajo un árbol y yo entre sus piernas. Me soplaba el cogote haciendome cosquillas, acariciaba mis brazos...

-Intenta relajarte.-me susurró al oído y aflojé.-Mejor así.-murmuró.

Bianca.

Me percaté en que no había nadie en casa, salí de la habitación, Ed dormía así que fui a comer algo a la cocina, puse a calentar agua para el té. Noté la respiración de alguien a mi espalda. Giró mi cintura y nos miramos. Me levantó y me sentó sobre la encimera. Mi rostro quedó a la misma altura que el suyo. Me miró con una sonrísa oscura, incitante. Y en ese instante me dí cuenta de que llevaba varios días fantaseando con ese momento.

Me moví sobre la encimera, mis piernas colgando a ambos lados de su cuerpo. Él extendió sus manos sobre la encimera, a ambos lados de mis caderas. Se arrimó inclinando la cabeza. Me sentí abrumada por su aroma. Me dije que aquello no estaba bien.

-Debes irte.-suspiré.-sí, será lo mejor.

-¿Adónde? ¿aquí?-acercó su boca a mi hombro.-¿o aquí?-y luego a mi cuello.

«We keep this love in a Photograph.» -Ed Sheeran.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora