The day William got his first date

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El día que William tuvo su primera cita fue a los once años. Estaba muy chiquito, pero muy enamorado de esa chica de cabello castaño y ojos de color misterioso.

Lo primero que vio de ella al entrar a la escuela fueron sus ojos. Eran increíblemente hermosos. Al principio, no pudo distinguir si eran grises, azules o verdes. Pero mientras más la miraba se dio cuenta de que, de alguna forma incomprensible para su edad, el color de sus ojos cambiaba conforme a la luz del sol.

Ella caminaba por la escuela, y William no podía evitar seguirla con la mirada, sus ojos y su atención inmediatamente atrapados en el balanceo de los negros rizos del cabello de la niña nueva. Cuando ella giró la cabeza en algún punto y sus ojos se clavaron en la mirada de William, le sonrió. Will pudo sentir su corazón acelerarse, el sonido haciendo eco en sus oídos, y su respiración se cortó abruptamente. Sólo pudo volver a respirar cuando ella apartó la mirada y siguió su camino.

—¿Strider? —preguntó Parker, llamando la atención de Will—. ¡William!

El gemelo más grande volvió a la realidad en ese momento, su cabeza girando en dirección a la voz de Park. Su hermano menor tenía el ceño fruncido al más puro estilo Hale.

—¿Ah? —dejó salir en señal de que le repitiera lo que le dijo. Parker hizo una mueca de incredulidad con todo su rostro. Parker le volvió a repetir su pregunta de hace un momento, pero mientras le contestaba a su hermano, Will se fijó que Ian le daba una mirada conocedora, con una de sus rubias cejas arqueadas, indicando que él sabía que había gato encerrado. William tragó con fuerza, ignorando la mirada sabionda de su mejor amigo.

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Parker intentó hablar con Will en incontables ocasiones, Ian también. En realidad, fue Ian el que le dijo a Parker del enorme crush de William con la chica nueva.

—Ian, mi hermano no tiene un crush con la niña extranjera —dijo Parker, hasta que miró a su hermano hablar con la chica nueva—. Oh, Dios, mi hermano tiene un crush con la niña extranjera —murmuró.

—Te lo dije.

—Cállate, Ian. Tengo que ayudarlo, a como yo veo las cosas, el pobre no va a conseguir salir con ella hasta dentro de tres años —le dijo al chico rubio mientras negaba con la cabeza al ver la escena frente a él. Escuchaba el acelerado corazón de William y su tartamudeo. Como buen hermano, Parker tendría que aconsejar a Will—. William, tranquilo... sólo respira —fue lo que dijo en un susurro, sabiendo que su hermano lo escucharía.

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William, en un ataque de valentía, se presentó frente a la chica nueva. Cuando ella se volteó hacia él, Will pudo sentir el pánico invadirlo... qué diablos le diría.

—H-ho-hola —tartamudeó con una sonrisa nerviosa.

—Hola —la voz de ella era melodiosa, aniñada. Perfecta—. ¿Te puedo ayudar en algo?

—Eh, bueno... yo, eh... —él titubeó, no sabiendo qué decir. Finalmente se decidió por extenderle la mano en señal de saludo, con su palma hacia arriba—. S-soy William Hale-Stilinski, mu-mucho gusto.

—Mucho gusto, soy Alessia Di Vaio —ella le tendió la mano con una sonrisa, y Will, con su instinto gritándole algo que no sabía reconocer, hizo algo que le dejó atónito a él mismo, no sólo a la chica: atrajo la pequeña mano de Alessia hacia su rostro, e inclinándose levemente, besó los nudillos de la niña.

Discretamente, intentando evitar verse como un total raro, inhaló el olor de Alessia. Sus párpados se cerraron automáticamente, disfrutando de la fragancia y de la suave piel bajo sus labios. Fue el segundo más emocionante que tuvo en mucho tiempo. Abrió rápidamente los ojos al término de ese segundo, y le sonrió a la niña aún sin despegar sus labios del dorso de su mano. Pudo, en ese momento, oír el pequeño galope rápido que hacía el corazón de Alessia.

El día que Derek Hale se convirtió en papá... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora