XI

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A las dos en punto recibieron un mensaje que decía que un auto los esperaba afuera. Se apuraron para despedirse de Mery que tanto les ayudó, la abrazaron, Judy lloró y Mery también. La coneja le entregó una bolsa con un montón de cartas que estaban destinadas a los amigos y familiares más queridos tanto de ella como de Nick, Mery un día antes le prometió que entregaría todas las cartas sin falta para que ella no se expusiera a peligros innecesarios. En pocos días llegaron a tener una amistad tan profunda, como una amistad entre madre e hija que fue grabada en sus memorias y que de vez en cuando evocaban juntas, casi al unísono aunque en distintos lugares. Cuando Judy se las dio, la abrazó de nuevo y se quedaron unos segundos así, hasta que Nick le tocó el hombro diciéndole que ya tenían que irse.

Entraron al auto.

Vieron que el que conducía era un lobo de aspecto robusto, con los ojos fijos en la carretera y con un rostro serio.

No se presentaron, pero supieron que era un animal de fiar que estaba dispuesto a ayudarles; tampoco preguntaron dónde iban ya que Roger les había comentado en esa corta llamada cuales eran los planes, pero a pesar de todo su inquietud estaba expuesta y más que evidente en sus movimientos corporales y en sus caras.

No sabían cuánto tardarían en llegar, así que aprovecharon el transcurso del viaje para descansar. Se turnaron para tomar a su hijo que dormía plácidamente e indiferente a todo lo que le rodeaba. Ellos estaban en la parte trasera del carro, había suficiente espacio como para que uno se recostara y durmiera mientras el otro permaneciera sentado y erguido. Judy fue la primera en dormir.

Mientras ella dormía, Nick pensaba y trataba de convencerse que marcharía como se planeaba.

«Vamos, Wilde, sabes que todo estará bien, solo sigue lo que te dicen y trata de permanecer calmado —le decía una voz en su cabeza— hazlo por tu hijo, hazlo por los demás, por tu esposa y por quienes están poniendo su cola en juego para ayudarte, si las cosas mejoran veras que todo habrá valido la pena.»

«¡Alto allí! —dijo otra voz—. ¿Qué las cosas van a mejorar? hay que ser realista, sabes, zorro cola pelada, tu hijo es el resultado de un extraño experimento... costoso, por cierto, ¿de verdad crees que esos hijos de puta te dejaran tranquilo sabiendo que en tus brazos está el experimento más costoso de todos los tiempo? Vamos, por Dios, Wilde, debes de tomarte las cosas en serio. Recuerda lo mucho que has perdido y lo poco que has ganado, un poco de realismo no te caería mal, si las cosas salen bien es probable que puedas recuperar un poco de normalidad, pero, ojo, no es mucha, las evidencias caminaran a tu lado, y por evidencias me refiero a ese pequeñín que se parece un poco a ti, solo míralo, no sabemos qué cambios pueda presentar en el futuro, no sabemos si resistirá el primer año, aunque haya resistido los primeros dos días críticos del contagio con el virus y no haya presentado ningún tipo de problema, sin decir que tu supuesta esposa...»

—¡Cállate! —pensó acallando esa molesta y presuntuosa voz de su interior—. Estás equivocado, lo estás... tienes que estarlo. Todo, todo lo que he vivido no es nada comparado con lo de ahora, tengo una razón de vida, desde que supe lo de Remedios, al fin me he vuelto a enamorar y tengo el fruto de ese amor en mis patas, tan pequeño, tan frágil, tengo que protegerlo a toda costa, sin importar lo que suceda.

No escuchó nada. Esa voz chillante y molesta que estaba dentro de su cabeza se silenció.

Ya había pasado más de una hora, sintió a su esposa moverse cerca de sus piernas. Vio por la ventanilla polarizada y se dio cuenta que había plenilunio, pero las nubes lo opacaban, aun así vio una luz tenue, sobrecogedora, genuina y espectral, bañar a Judy con meliflua delicadeza.

Ella despertó.

Se restregó los ojos y le dijo a Nick que descansara. Tomó a su hijo en brazos para que él se recostara sobre su muslo. Nick lo hizo, cuando cerró los ojos no supo más de nada, solo vio la negrura espesa y desvaneció ante el cansancio.

El raro hilo rojo de la cienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora