PACIENCIA

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-5...

Bucky no esperaba volver a ver a Steve, al menos no de la manera en que se había acostumbrado a verle, y seguramente tampoco de la manera en que le había conocido, cuando era un chiquillo enclenque y enfermizo.

-4...

Estaba allí de pie, con las manos en los bolsillos y una estúpida sonrisa en los labios. Sus ojos contaban una historia muy diferente. Y en su interior, luchaba por contener las lágrimas.

-3...

Claro que Steve se merecía ser feliz. Y quizá él había sido un tonto porque en una ocasión se le había pasado por la cabeza la idea de que él podía hacerle feliz. 

-2...

Cada vez estaba más cerca el momento. Cada vez estaba más lejos de Steve. Sam tenía los ojos fijos en la plataforma. Estaba tenso. Quizá Steve también debería habérselo dicho a él. Porque a Sam también iba a hacerle daño no ser suficiente...

-1...

Para sorpresa de Bucky y alivio de Sam, Steve estaba sobre la plataforma

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Para sorpresa de Bucky y alivio de Sam, Steve estaba sobre la plataforma. Tenía casi el mismo aspecto que cuando se fue, a excepción del cansancio que denotaba su mirada. Pero estaba sonriendo.

-Buck...

-¿Sí?-casi no le quedaba voz, por que ya se había hecho a la idea de perderle y no sabía como reaccionar.

Y sin esperar respuesta, se lanzó a sus brazos, y ni por un segundo pensó en soltarle. Sam estaba muy confuso. Solo llevaban cinco segundos sin verse y parecía que se hubiesen reencontrado tras una eternidad. 

-Estoy aquí, estoy aquí...-murmuró Steve, mientras besaba la frente de su amigo, que parecía un niño perdido que acababa de reencontrar su mundo.

-¿Por qué has vuelto?

-¿Por qué? Porque no sé como pude pensar alguna vez en dejarte. Me equivoqué al pensar que vivía en una época a la que no pertenecía, al pensar que nada de esto era suficiente. Mi vida está aquí, donde estén mis amigos, donde estés tú...

-Yo también soy tu amigo, ¿no?

-Bueno, sí. Sí y no, Buck.

Sam les miraba extrañado, aunque ellos no parecían haberse dado cuenta de que aún estaba allí.

-Eres mucho más que eso. En parte eres mi único nexo con el pasado, aunque seas también mi futuro. Me recuerdas quién soy y me haces olvidarlo. Si me hubiera quedado, no sé por cuanto tiempo hubiera podido hacerlo. Porque en el fondo lo que más echo de menos del pasado somos tú y yo. Y estamos aquí. Somos diferentes, y quizá las cosas han sido difíciles, y no podemos volver atrás...pero siempre hemos salido adelante juntos. Me has salvado la vida muchas veces, y yo he hecho lo mismo por ti...Nunca hubiera cogido este escudo...nunca me lo hubiera tomado en serio...si no hubiera sido por ti. No lo hubiera dejado por otro que no fueras tú... Para muchos, este escudo soy yo. Y no tengo sentido sin él...pero Bucky...es cuando estoy sin ti cuando no tengo sentido...

Sam tosió ligeramente.

-Lo que me recuerda-dijo Steve, girándose hacia su otro amigo-, que voy a tomarme un descanso, y creo que si alguien se merece este escudo y está a la altura de lo que significa, ese eres tú, Sam...

Le tendió el escudo y Sam, vacilante, lo cogió:

-¿De verdad?

-No necesitas ser un gran super soldado, pero si un buen hombre. Y sé que lo eres. Eso y más. Buck y yo estamos cansados de luchar. Si el mundo nos necesita, estaremos ahí, pero creo que nos merecemos unas vacaciones y estaremos más tranquilos si aceptas. 

-Acepto-dijo Sam, haciendo un respetuoso saludo al ya ex capitán América.

-¿Unas vacaciones?¿Qué tienes pensado?-dijo Bucky.

Steve le pasó un brazo por la espalda y se alejó con él hacia el horizonte.

-Voy a dejar que decidas tú, Buck. 

-¿Yo?

-Tenía pensado algo, sí, pero depende de ti, claro.

-¿Qué es?

-Paciencia, Buck- rio Steve.

-¿Sabes una cosa? Cuando se trata de ti, Steve, no tengo paciencia

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-¿Sabes una cosa? Cuando se trata de ti, Steve, no tengo paciencia...La he tenido, durante más de setenta años, pero creo que ya he esperado bastante, ¿no...?

Y echándole los brazos al cuello, le dio un beso que no podía compararse ni con el de Sharon, ni con el de Natasha y ni siquiera con el de Peggy, porque era mucho mejor. Bucky llevaba mucho tiempo imaginándose ese momento, pero aquello superaba todas sus expectativas.

-¿No me preguntas cuanto tiempo llevo soñando con esto? Demasiado...y ya pensaba que no era más que una fantasía.

-Apuesto a que no ha estado tan mal para un virgen de cien años.

-Ahora que lo dices, se me ocurre alguna cosa que podemos hacer en vacaciones. Alguna cosa que no has hecho nunca antes. ¿Sigues teniendo piso en Brooklyn...?


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Volveré a por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora