Capítulo 4.

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Encuentros Nostálgicos.

Serena: ¡Ya no puedo más!

Decía la rubia de odangos mientras caía de cara hacia el duro suelo de piedra roja perdiendo sus tan divinos y vivos colores, remplazando los una capa de rojeza y sudor extrema que surcaba por cada rincón de su cuerpo.

El coliseo no estaba precisamente cerca del lugar donde se hospedaban y lo peor de todo era que en ese lugar no vendían ni una mísera botella de agua, sumándole el hecho de el ardiente calor de Atenas, no era para nada gratificante.

Hotaru: Que calor.

Lita: Me estoy derritiendo.

Kaori: No sean quejistas, no esta tan fuerte. —Responde Kaori con una sonrisa radiante y fresca cual lechuga en su rostro, haciendo envidiar a las demás féminas que la acompañan.—

Hotaru: ¿Cómo no vas a estar fresca? Eres prácticamente el Sol. —Responde con ironía.—

Lita: Será mejor buscar agua o moriremos deshidratadas.

La castaña comenzó a caminar seguida de Hotaru y Kaori, percatándose esta última que Serena aún no se levantaba del árido y rocoso suelo, así que se acercó hasta ella poniéndose de cuclillas tomando una ramita seca que salió de quien sabe donde empezando a picar con esta el cuerpo que parecía inerte de la odango.

Kaori: Oye, ¿sigues viva?

Pregunto viendo como del cuerpo de la rubia salían pequeños humos como si se estuviera asando una carne a la parrilla mientras Lita y Hotaru miraban expectantes a la dos chicas que se habían quedado atrás.

Serena: S-s-si. —Lo dice con dificultad.— Ustedes sigan, yo me quedaré.

Casi perdiendo el aliento les dijo a las tres féminas que se miraron entre sí un poco preocupadas, no es que dudarán de la capacidad de Serena para defenderse... Bueno, tal vez un poco considerando que sus poderes estaban débiles pero aún así dejarla tirada en el suelo con el inmenso calor y sin nadie alrededor no era nada bueno y gentil de su parte.

Lita: ¿Estás segura Serena?

La chica asintió hacia el llamado de la fémina alta para luego Kaori se encoja de hombros e iniciará a caminar con las otras dos chicas detrás de ellas.

Hotaru: No tardaremos, eh.

Serena les hizo un gesto despectivo con la mano para luego dejar de oír sus pisadas dando por concluido que estaba totalmente sola en aquella copia del desierto del Sahara.

Pum... Pum...

De repente Serena abre los ojos levantando la cabeza casi inmediatamente y sentir como su cuerpo se estremece ante la sensación de que algo la está llamando, con lentitud se levantó del suelo sacudiendo sus ropas de la tierra que se había pegado a estas mientras se acercaba a un risco cerca de donde se encontraba, miró el lugar que no estaba tan profundo pero que en una caída se rompería una hueso, de eso estaba segura hasta que lo volvió a sentir.

Pum... Pum...

Vio como una piedras sobresalían sobre el acantilado simulando una escalinata sobre esta un poco desfigurada y volvió a sentir la misma sensación un poco más intensa.

Pum... Pum...

Miro hacia abajo del acantilado nuevamente mientras se llevaba una mano hacia su pecho más precisamente donde estaba su corazón, volteo dándose cuenta que estaba completamente sola y con una determinación en su mirada y tensando sus labios comenzó a bajar de forma cuidadosa el acantilado agarrándose de las múltiples rocas que sobresalían de este para tener un mejor soporte y no caerse.

𝕰𝖈𝖑𝖎𝖕𝖘𝖊 𝕹𝖊𝖌𝖗𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora