Capítulo 8

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Convivencias.

Japón, Juuban.

O3:47 AM.

Se tomaba la cabeza con fuerza mientras se tambaleaba de aquí a allá, botando todo lo que estuviera a su paso, sentía que la cabeza le explotaría del fuerte dolor que le estaba provocando, sentía como si sus nervios estuvieran siendo comprimidos y aplastados, sus recuerdos se vieron como pequeños fragmentos recortados tanto del pasado como del presente, como si de alguna forma una mini versión de ella le gritara con desesperación que recordara, mancho la alfombra de sangre escupida debido a la fuerte tos que comenzó a atacarla y los temblores de su frágil cuerpo de un momento a otro la harían desfallecer.

Setsuna: Basta... ¡Por favor, basta!

Musitó en desesperación, en las sombras de su habitación una silueta cubierta completamente por la oscuridad hizo acto de presencia; sus rojizos ojos como la sangre en forma de serpiente vieron pícaros a la morena que se retorcía del dolor mental y físico que su cuerpo estaba sufriendo en esos momentos, regocijandose con los quejidos de dolor que sentía eran música para sus oídos.

¿XX?: Setsuna... Setsuna... Te has vuelto increíblemente débil, no pensé que la persona que una vez llegó a superarme ahora estaría en este estado tan lamentable.

Cometo de manera socarrana la silueta desconocida, Setsuna miró con rabia esos malditos ojos de serpiente, con las lágrimas cayendo de sus mejillas y los nervios a flor de piel al sentir su presencia tan cerca de ella, le era simplemente respulsivo pero al mismo tiempo, el miedo que la paralizaba no podía dejarla moverse.

Setsuna: ¿Qué carajos quieres? Largate de aquí, no te quiero ver. —Dijo en un tono rencoroso.—

¿XX?: Owws, no deberías trátame así, después de todo somos familia.

Una sonrisa colmilluda apareció de entre las sombras, bastante tenebrosa, disfrutando cada uno de los instantes en los que los nuevos ataques venían hacia el cuerpo de la morena.

Setsuna: ¡Vete, vete! Todo esto es tu culpa... Yo... Yo...

La pobre mujer no pudo continuar con sus palabras cuando al instante se desmayó en la sala de su propia casa, derramando sangre de sus partes íntimas así como su boca y ojos, seguía viva, debido a la ligera respiración y el débil latido de su corazón.
La sobrecarga en su cuerpo terminó de colapsar la y la sombra sonrientemente tenebrosa simplemente se acercó para poner lo que sería su mano oscurecida en matices negros sobre la cabeza de la morena, inundando la de energía oscura, le dio una último vistazo antes de desaparecer entre las sombras así como había venido, se había ido con la diversión plantada en sus orbes.

A los pocos minutos, Setsuna se levantó del suelo completamente renovada y con sus heridas cerradas, su cuerpo estaba estable y nuevamente la mirada frívola acompañaba sus bermejas pupilas que parecían casacarones vacíos sin ninguna razón o propósito.

A los pocos minutos, Setsuna se levantó del suelo completamente renovada y con sus heridas cerradas, su cuerpo estaba estable y nuevamente la mirada frívola acompañaba sus bermejas pupilas que parecían casacarones vacíos sin ninguna razón o propósito

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