Capítulo 7

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Caballeros y Entrenamiento.

Cayó al suelo pesadamente con varias heridas abiertas por todo su cuerpo que sangrantes bajaban por la pálida piel de la fémina en forma de hilos llenando sus ropajes y su propio cabello de sangre por el movimiento brusco.

La rubia se levantó del suelo con magulladuras en su cuerpo y con su ropa amazónica de combate rasgada mientras su cabello del movimiento se había soltado de sus habituales coletas llevándolo ahora suelto y sucio, se veía rebelde, muy rebelde se podría decir, con su mirada zafiro brillando como si fuera una cuchilla determinadamente afilada.

Seiya miró un poco preocupado a la chica rubia mientras del nerviosismo mordía sus uñas como si no hubiera un mañana, a su lado sus compañeros de bronce negaban con la cabeza al ver el estado en el que se encontraba el chico castaño, realmente eso no era nuevo para ellos, no, claro que no.

Desde hace tres meses regresaron al templo de Athenea solo para enterarse que un nuevo enemigo los acechaba y no solo a ella si también a su hermana de el alma, Artemisa, los chicos al principio se mostraron un poco escépticos a excepción de Seiya y Shun pero con el pasar de los días se dieron cuenta que esas chicas eran muy agradables, ellas además de recibir entrenamiento también entrenaban ellos para asi no quedarse atrás y a la hora de la verdadera pelea poder ayudar.

Seiya soltó un chillido agudo y bajo cerca del cuadrilátero cuando vio como Serena fue estrellada contra la pared del campo de entrenamiento, se sintió aún más nervioso al ver como la chica tambaleante se levantaba y volvía a su ataque.

Hotaru miró a Seiya preocupado por Serena y no era de esperar, no solo el estaba asi, sino también Lita y Kaori pero ellas sabían que todo eso era necesario si querían volverse más fuertes y la rubia también lo hacia más que todo para no depender de ninguna de ellas y eso lo tenían muy presente, Lita apoyo su mano en el hombro del chico.

Lita: No te preocupes, ella es fuerte; puede soportar todo.

Seiya: Eso ya lo sé, es solo que... —Sus palabras quedaron en el aire.—

Kaori: La miras muy frágil.

Seiya: Tal vez...

Hotaru: Ella no es frágil Seiya, es una mujer muy capaz y muy valiente y si hace eso es porque quiere protegernos.

Seiya suspiro dándole la razón a la pequeña chica de 16 años mientras miraba el combate entre la mujer mayor y la joven adulta, sintió como la mano de Hyoga se posaba en su espalda dándole ánimos al igual que las miradas de sus demás compañeros.

No era secreto para nadie que desde que Serena y Seiya se conocieron se hicieron extrañamente unidos, algo que ni ellos mismos podrían explicar pero es que cada uno se sentía tan bien estar con el otro, era como una calidez inexplicable que se instalaba en su pecho cada vez que se veían a los ojos.

Volviendo con Serena, esta con sus antebrazos cruzados formando una cruz pudo detener un fuerte puñetazo que la mando a arrastrar un poco lejos de donde se mantenía, el sudor excesivo se colaba por todo su cuerpo haciendo que le incomode al momento de hacer sus movimientos, las heridas habían parado de sangrar sin embargo comenzaban a dolerle y a sentir como la piel alrededor de esta estaba roja en carne viva pidiendo ser auxiliado de inmediato, una línea de sangre caía por su mejilla al igual que una herida un poco más arriba bajaba la sangre por su sien empapando toda su cara, con sus ropas rotas se podían notar los diferentes moretones en diferentes partes de su cuerpo llegando estos a ponerse azules en debidos casos sin contar que Serena al ser tan pequeña llevaba un poco de desventaja pues sus piernas eran muy cortas como para dar patadas a distancias largas.

𝕰𝖈𝖑𝖎𝖕𝖘𝖊 𝕹𝖊𝖌𝖗𝖔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora