El apartamento estaba abandonado cuando llego, parecía llevar así mucho tiempo, ese pequeño y digno testigo de su relación y ese amor, ahora era un simple lugar sin la menor vida, solo, sin rastros de todo lo sucedido ahí.
Como una regresión, imagino a Ritsu el primer día ahí, guiándola con tanta emoción por las pocas habitaciones que contenía, las manos moviéndose como si le presentara algo maravilloso al describirle el espacio y ese Ta-dah, hasta la frase final: Como si fuéramos unas recién casadas.
Ya no había nada de eso.
Cuando pregunto por la anterior inquilina, la casera le comento en forma de broma lo silencioso que se quedo el edificio desde que se fue hacía casi un año, tan sólo regresando por sus pertenencias unas semanas atrás, insistió en el tema pero no le supo dar razón de a dónde se había mudado, le expreso que ella y una chica extranjera entregaron el departamento en condiciones sin dejar indicaciones por si le buscaban, pues estaba bastante segura de que nadie lo haría.
Volvió a cubrir el último ciclo escolar con un mes de retraso, le aceptaron sin grandes reclamos después de revisar su historial académico*, dejando a sus padres y amigas en la búsqueda de esa muchacha idiota que se fue sin exigir una explicación.
Algo en su interior le decía que la encontraría en su casa, esa esperanza indestructible que no quería ni se dejaba flaquear, a pesar de ser notable que Ritsu no lo quería así, aquella despedida lo decía, se iría para dejarla ser, para no detenerla...
Consiguió trabajo en el restaurante en el que Ritsu lo hizo tiempo atrás para mantener su hogar, más por el dinero, lo hacía para sacarle algo a la dueña del lugar, pues en las indicaciones de la mamá de Ricchan, la chica extranjera trabajaba ahí también y era posible que Susumi-san pudiera darle indicios de su ubicación.
"Esos tres jovencitos ruidosos se fueron del país tras una tremenda ambición" era su respuesta, la cual inicio a quebrantar la esperanza de Mio, "Ricchan sólo regreso para dar las gracias, en mi vida nunca creí llegar a ver que perdiera esa chispa..."
"¿Cómo era Ricchan antes del accidente?" se aventuro a preguntar, era algo que nadie le sabía decir pues no existía mucho contacto previo a su regreso a la ciudad.
"Veamos, siempre tenía bastante energía, cuando inicio a trabajar aquí era una faena controlarla, jugueteaba con los palillos aquí y allá pero le prometí a su madre mantenerla a mi lado mientras estudiara... tenía una amiga muy dependiente de ella, recuerdo que llegaba un poco más tarde por ir a recogerla tras la escuela" relataba la historia con mucho cariño, siendo que Ritsu se había convertido en una de esas personas irremplazables para ella, "Poco después de graduarse tuvo ese feo accidente y perdió la capacidad de tocar..."
"¿P-por qué?" interrumpió Mio, nadie le comento nada al respecto.
"Su mano quedo muy mal en el accidente, no lograba moverla el día que se volvió a casa de sus padres" respondió, "Sarah-chan me llego a decir que lo que más le dolió fue perder a su amiga"
...Aquel súbito sopló de tu mente borró mi rostro y de mi mano, el poder de llegar nuevamente a tu corazón, le vino a la mente.
"Sin embargo, Ricchan demostró mucho valor el día que vino a despedirse, lucía triste pero eso jamás le quito la motivación" fue lo último que obtuvo de Susumi-san antes de volverla a poner a trabajar.
Esa nueva pero redundante información le demostraba más cosas a favor de Ritsu y a pesar de tener aún ausentes los recuerdos de la vida a su lado, el sentimiento estaba tan latente que no los necesitaba para saberse enamorada, no entendía el porqué suspiraba con la mención de su nombre o se fugaban lágrimas de sus ojos al ver imágenes. Era una nostalgia constante.