¡¿Poema?"
El grito proveniente del tercer nivel de la academia Sakuragaoka se escucho por todo el campus, las cuatro integrantes del club de música ligera habían descubierto que su vicepresidenta tenía un admirador secreto - cosa que en realidad no era un gran descubrimiento contando con que Mio tenía su propio club de fans- pero lo más impresionante eran sus dotes literarios.
"A ver, déjame leerlo" insistió Yui estirando la mano hacia el sobre blanco que contenía la confesión.
"Es a-algo personal," Mio quito el papel entre un balbuceo y su rubor de costumbre.
"Mio-chan mala" refunfuño Yui comiendo pastel.
Mugi, mientras tanto, ideaba toda una escena para otro capítulo mental de misterio cuyo protagonista y dueño del talentoso escrito era una de las fans de Mio, que tan pronto vio la oportunidad se escabullo dentro del salón del club, esperando no ser vista ni descubierta por su amada, quien al entrar se encontraría con un párrafo cargado de sentimientos y...
"Yahoo~!" celebro Ritsu al quitarle la carta a su amiga pero tan pronto leyó las primeras letras quedo cegada, tanto por la cursilería que destilaba como por el golpe propinado por la señorita Akiyama.
"Yo pienso que es muy lindo, Mio-senpai" dijo Azusa después de regresarle la hoja a Mio, "Muy parecido a lo que tú escribes"
"Yo no...no escribo tan bello" se apresuro a decir Mio, pues no se sentía al nivel del verso.
"Definitivamente es de un chico, la letra es fea y poco estética," añadió Sawa-chan con el papel en mano.
Ritsu se atraganto con el pequeño sorbo de té que estaba pasando en ese momento y un centelleo paso por los ojos de la tecladista, quien pronto disimulo la fantasía cruzando por su cabeza.
"¡¿A qué hora...?" Gritaron Azu-nya y Yui al ver a la profesora con su taza de té en mano tan relajada como si llevara ahí desde que inicio la reunión del club.
"Uh, Mio-chan ha crecido" bromeo Ritsu al tiempo que recibía otro golpe y lo cubría con la bandeja que Mugi llevaba en las manos, "¿Quién será tu enamorado? Será un chico tan alto, romántico y cursi cómo tú" Otro golpe y esta vez sin escudo, lo suficiente para calmar a Ritsu un par de minutos.
"¡Pues lo prefiero así que a bajo y cast...!"
"Como sea, Akiyama-san ha llegado la hora de que sepa unas cuantas cosas sobre los chicos," comento Sawa-chan tomando a Mio por el codo y llevándosela al armario del salón.
Los gritos de terror tras la puerta no se hicieron de esperar, al parecer Sawako-sensei estaba disfrutando de la tortura a la que sometía a la pobre bajista.
La puerta se abrió lentamente, Sawa-chan salió con una mueca de profunda satisfacción mientras que Mio estaba fuera de su color, susurrando en voz casi inaudible sus pocas posibilidades de casarse después de eso.
Tan pronto se disiparon los gritos de Azu-nya para revivir a Mio, el club se sumió en el silencio de su abandono, dejando sobre los pupitres la nota que rezaba:
Corazón errante, que con una sola mirada has osado enamorarte, como un gusto agonizante. En un amor sin respuesta donde tus gritos sin quien los escuche no llegan jamás a su dueña.
~Para ti que vives bajo la luz de mis ojos.
Al día siguiente, muy temprano en la residencia de los Akiyama, la única hija salió por la correspondencia y el diario a petición de su padre pero lo único que vino a encontrar fue otro sobre blanco con un poema aún más largo, la sorpresa la hizo desmayarse en ese mismo lugar...