•Capítulo 9•

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—¡Alexandra me engañaste!

—¡Silencio idiota! No grites que estamos en la cafetería, todos nos están mirando.

—¿Cómo pudiste?

—Ya déjate de estupideces y vamos a almorzar.

—Creí que yo era el amor de tu vida, pero veo que él es más importante que yo.

—No tengo idea de lo que estás hablando.

—¡Ah! ¿Y ahora te haces la inocente? No es necesario que finjas conmigo, te conozco muy bien, además, ya me lo contaron todo, y es más, ya toda la escuela lo sabe, muchos los vieron y al parecer, ¡no es la primera vez!

—De verdad no entiendo tu drama, ¿de qué estás hablando? ¿no es la primera vez de qué?

—¡Que lo ven juntos!

—¿A quiénes?

—¡A ustedes dos!

—¿Pero con quién me vieron? Por favor, solamente llevamos tres días de clases, pero es obvio que ya me han visto muchas personas, así que no sé de quién hablas.

—Del chico nuevo, sé que me estás engañando con él.

—Deja ya la ridiculez, yo no te estoy engañando con nadie, aparte, según tú ¿cómo te estoy engañando?

—Me has cambiado por él. Hoy te vieron bajar de su auto.

—No entiendo qué tiene de malo que me haya bajado de su auto.

—¡Que yo te pude haber traído! ¡Pero no! La señorita siempre anda cogida en la tarde y prefiere que no pase por ella. Era por eso ¿verdad? para venir con él en vez de conmigo.

—Ya Natalie, deja de ser tan dramática que si él me trajo en su auto no es porque yo quiera sino por culpa de mi abuela.

—¿Qué? —las escuché gritar, incluso las otras dos que no habían querido entrometerse en la escena de celos de Nat, y de paso atrayendo más miradas hacia nosotras.

—Pues sí, justo les quería contar eso mientras almorzamos —les dije mientras tomamos asiento en la mesa de siempre.

—Y ¿cómo es eso de que fue por culpa de Doña Sofía? ¿Acaso te empujó dentro del carro o qué? —preguntó Cam de forma jocosa.

—¡No seas boba! —dije entre risas, pero antes empezar a contarles qué pasó, pude ver a Dan parado sin saber qué hacer ni dónde sentarse, lo mire y me reí un poco, porque aunque insista en negarlo, no tiene amigos todavía y sí necesita ayuda o por lo menos algo de compañía mientras tanto; estoy a punto de hacerle algunas señas para que se acerque a nuestra mesa y se siente con nosotras, pero en ese momento veo que se dirige hacia una mesa, cuando llega, de repente me invade el mal humor, ya que se sentó nada más y nada menos que con la bandida de Melanie.

"De entre todas las personas y mesas de esta cafetería, ¿se tenía que sentar con ella?"
"¿Verdad? Ni que no hubieran más mesas"
"¿Celosa?"
"No seas estúpida, es solo que ya sabes que le hice una promesa a la abuela, y dejar que esa perra se le acerque no es la mejor forma de cumplirla"
"Eso es verdad, de seguro solo quiere jugar con él porque es guapo"
"Exacto"
"¿Dices que es guapo?"
"¡No! Que seguro solo quiere sacar provecho de él"

—¡Ey, Alex! Entonces ¿qué fue lo que hizo? —pregunta Rach chasqueandome los dedos en la cara para que reaccione.

—¡Ah sí, eso! Bueno, así resumido, es que mi abuelo, el que murió en el ejército, le pidió a un amigo que ayudara a mi abuela si algo le pasaba, y él tenía una hija que tiene la edad de mis padres y pues ella también tiene un hijo de nuestra edad, y al parecer esas dos mujeres creen que el chico es un inadaptado o algo, porque mi abuela me pidió el favor de que lo ayudara a adaptarse y por eso el me trajo hoy —dije algo rápido por lo que finalizo inspirando la mayor cantidad de aire que puedo.

Hi, AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora