•Capítulo 12•

11 2 0
                                    

Rachel's POV

—Cam, tu sonrisa me asusta... ¿En qué estás pensando?

—Te reto a darle un beso a Connor.

—Creo que debo haber escuchado mal, debe ser porque no dormí lo suficiente que ya empecé a escuchar cosas raras.

—No son cosas raras Alex —dijo Camila, con toda la seriedad que podía caber en ese pequeño y mañoso cuerpo—, hablo muy en serio.

—¿Camila, estás loca? ¿qué rayos estás diciendo?

—Lo que acabas de escuchar, que beses a Connor.

—De verdad creo que acabas de perder la cabeza, no puedo simplemente ir y besar a Connor.

—Ya lo sé, y mucho menos cuando ni siquiera eres capaz de hablar con él, es por eso que si no aceptas tendrás que besar a Dan.

—¡¿Qué?! —exclamó mientras se paraba y golpeaba la mesa con la palma de ambas manos.

Cosas como esta han pasado tantas veces que ya ni siquiera me da vergüenza que todos a nuestro alrededor nos miren como bichos raros, creo que precisamente por eso es que tampoco nos prestan atención por mucho tiempo. Ya están acostumbrados a las escenas que monta Alexandra, y a pesar de todo, ella todavía siente pena, porque al notar las miradas que tenía encima, de inmediato se sienta.

—Ni loca besaré a Dan.

Está bastante roja, no sé si de la pena, la rabia o ambas.

—Entonces besa a Connor —digo tratando de aguantar la risa.

No es que el besar a Connor tenga algo de malo, pero disfrutamos molestarla con el tema, más que todo porque ella la mayoría del tiempo es muy confiada y directa con lo que dice y siente, pero cuando se trata de él, no exageramos al decir que ni siquiera es capaz de hablarle.

—¡Traidora! ¡No! ¡Ni loca! ¡No lo haré!

—¿Cuál de las dos cosas?

—¡Ninguna de las dos! —dice al borde de los gritos, y más enojada y cabe decir, nerviosa que antes.

Acto seguido, se levanta y sale de la cafetería, ¿y cómo no? Nosotras tres detrás de ella para tratar de convencerla de que no es tan mala idea, además estoy segura de que, si Camila dijo lo del reto, debe tener en mente alguna clase de plan para lograr convencerla.

—Cam ¿por qué le dijiste eso? ¿Ahora quién le va a aguantar el mal genio? —dice Natalie algo confundida.

—Tú.

—¿Yo? ¿Por qué yo?

No dice nada más, pero Natalie sigue insistiendo en saber qué hizo ella para tener que arreglar lo que hizo Camila, y en parte yo, por otro lado, al escucharla decir que todo recaería en Natalie, sin estar completamente segura, comienzo a entender de qué va el plan para convencer a Alexandra de aceptar el trato, y no solamente implica a Natalie, también a su auto.

De pronto, cuando quiero saber si ya habíamos logrado alcanzar a Alexandra, ya no veo a ninguna de las tres, me dejaron atrás y ni ellas ni yo nos dimos cuenta.

En fin, supongo que más tarde me daré cuenta de si tenía o no razón con el plan de Camila, mientras iré a buscar mis libros para la siguiente clase, porque ya casi se acaba la hora del almuerzo.

Escuchar la campana que dictaba el final de las clases era como un dulce susurro de libertad.

Luego de guardar todo en el casillero y notar que Alexandra no me esperaba en la puerta de salida como acostumbraba, fui hasta donde Natalie había dejado aparcado su auto, quien se encontraba con Camila.

Hi, AlexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora