● T E R C E R O ●

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Un días después, cuando supuestamente habían terminado las clases, Noya regresó al apartamento de Azumane con unos dulces de una panadería cercana. Era la excusa que al "equipo de expertos" se le había ocurrido; estos eran Sawamura y Sugawara, los encargados del seguimiento en el turno de esa tarde. Cada ocho horas controlaba a Asahi una pareja distinta de compañeros en la furgona o a pie, vigilando y siguiendo cada paso que daba

Así que de nuevo Noya estaba allí, frente a su apartamento esperando que la puerta se abriera.

Asahi sonrió al verle pero no pudo evitar mirar alrededor, atento por si cualquier vecino le veía ahí charlando con un crío de instituto.

—Buenas tardes, señor, soy yo de nuevo.

—¿Has vuelto a perderte? —le sonrió.

—No, he venido a traerle esto como agradecimiento por permitirme resguardarme de la lluvia el otro día —dijo ofreciéndole la bolsa de la pastelería que llevaba con él.

—Oh, no era necesario. Gracias pero no puedo aceptarlo, no he hecho nada especial.

—Claro, que sí, de no ser por usted me hubiera pillado un resfriado.

—En ese caso gracias —con educación agarró la bolsa.

Trató de que sus dedos no rozaran ni por un momento la mano del muchacho, de un modo tan artificial que Noya se dio cuenta de lo nerviosos que estaba. Una persona normal no estaría así... Le emocionaba saber que eso lo estaba provocando él.

«Voy a por ti», pensó Noya y sonrió con dulzura.

Asahi le devolvió la sonrisa y llevó una mano a la puerta con intención de cerrarla, pero el chico seguía allí plantado. Esperaba.

«¿Espera que le invite a pasar?», se preguntó Asahi.

¿Por qué un adolescente inocente querría pasar la tarde en la casa de un adulto desconocido? Fácil respuesta; porque no era inocente.

—Pues Noya, gracias otra vez, ahora tengo cosas que...

—¿No me invita? Ahí hay muchos pasteles, pensé que me invitaría a pasar.

Asahi alzó una ceja.

—¿Por qué?

—Usted es oficialmente mi único conocido en el pueblo ahora mismo, invíteme a pasar y pregúnteme qué tal mi primera semana en el Karasuno, es lo mínimo que puede hacer —soltó con descaro.

De nuevo Noya pensaba que no iba a colar mientras miraba los ojos de Asahi sin llegar a adivinar qué demonios se le podía estar pasando por la cabeza en esos instantes. Tras unos instantes le sonrió

—Adelante, no tengo nada que hacer hoy.

● ● ●

Asahi encendió la tele mientras esperaban a que el agua hirviera para preparar de nuevo el té. No podían simplemente comerse los pasteles sin té, no eran animales.

Noya quería agarrar el mando y poner algún canal con algo bueno pero prefería esperar y ver qué ponía Asahi. Así entendería un poco más esa mente enfermiza.

Pasó varios canales y puso el de noticias.

¿Qué persona de menos de cincuenta años pone voluntariamente un canal de noticias? Exacto, una que no está mentalmente sana.

Asahi vio el disgusto en la cara de Noya.

—¿Prefieres poner otra cosa?

—Tranquilo, no...

EL CUERVO [ASANOYA] 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora