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[Editado 02/06/20]

La última clase ya había terminado hacía unos minutos, pero como ahora todos nos quedábamos en un edificio cercano en el mismo campus nadie tenía ninguna prisa por marcharse. Me encontraba completamente perdida en mis pensamientos, un auricular puesto y el otro sobre mi oreja, recogiendo tranquilamente mis cosas mientras decidía cómo iba a malgastar esa tarde.

 - Em... ¿Está (T/ap) aquí?

Volví a la realidad frente a mi nombre. Miré a la persona que acababa de preguntar por mí y me encontré con una chica desconocida que debía ir a otra clase, asomando su cabeza por la puerta sin acabar de entrar en la clase. Acabé de recoger mis cosas rápidamente y me acerqué a ella.

 - Soy yo ¿Qué pasa? -la miré llena de curiosidad.

 - Hay un chico que está preguntando por ti en la entrada -dijo transmitiendo el mensaje. Enarqué una ceja, pues eso era de las últimas cosas que me esperaba.

 - Uhm... Gracias -dije algo dudosa. Me colgué la mochila sobre el hombro y salí de clase.

Caminé por los pasillos hasta salir del edificio, tratando de pensar en quién querría hablar conmigo, pero sólo era capaz de pensar en algunos chicos de mi clase y esta persona no podía ser de la U.A o simplemente habría venido él mismo.


 - ¿Shindo? -le llamé completamente sorprendida de verle ahí mientras asomaba mi cabeza al exterior del recinto.

Me había olvidado completamente de él. Sí que es verdad que me había dicho de quedar algún día, pero realmente nunca hablamos más así que pensé que cuando lo dijo no lo pensaba realmente. Por lo que realmente era una sorpresa verlo ahí.

Se dio la vuelta para verme y tras unos segundos sonrió dulcemente.

 - Hey -me saludo simplemente sonriendo. Lo miré no sabiendo muy bien qué decir, esperando a que él empezase la conversación o explicase qué hacía ahí -No teníamos clase hoy así que había pensado en pasarme ¿Estás ocupada ahora?

 - Uhm... Eh, no, no realmente -contesté estúpidamente, abofeteándome mentalmente "Maldita sea (T/n) ¿puedes parar de dudar por un momento? Dios mío qué patética".

Me sonrió ligeramente de nuevo, esta vez casi tratando de ocultarlo, lo que me hizo sentir más rara y avergonzada ¿Por qué siempre me sonreía? ¿Por qué esas sonrisas eran tan diferentes a las de su "máscara"? ¿Por qué eran tan molestamente tranquilizadoras? ¿Y por qué estaba si quiera sonriendo en ese momento? Ni siquiera había hecho o dicho nada...

 - ¿Quieres ir a tomar algo entonces? -me preguntó de nuevo.

Asentí y empecé a caminar a su lado.

El camino a nuestro destino fue mayormente en silencio, solamente rompiéndolo para hablar sobre a dónde queríamos ir  y qué queríamos comer.

Finalmente llegamos a una cafetería, él pidió un batido de vainilla y yo un café grande. Pagamos y nos sentamos en una mesa al fondo del local, al lado de unos ventanales. No sabía si era sólo yo pero el ambiente se notaba un poco tenso, o más bien raro. Estábamos sentados en silencio, mirándonos mutuamente, negándonos a mirar a otro lado como si fuera algún tipo de duelo estúpido. Él estaba ligeramente encorvado, alcanzando la pajita, lentamente bebiendo de su batido mientras entrelazaba su intensa mirada con la mía. Le escaneé de la misma manera que él estaba haciendo conmigo,  jugando con nerviosismo con mis dedos alrededor de mi café y notando mi piel y mejillas arder un poco. Shindo llevaba una camiseta verde oscuro, casi negro, de manga larga y suficientemente ajustada a su tonificado cuerpo, junto con unos vaqueros. Nos quedamos así por unos cuantos minutos hasta que finalmente él habló:

 - Así que la U.A se ha convertido en un internado ¿eh? -preguntó, reposicionándose para sentarse más cómodamente sobre el sofá, dejando uno de sus brazos al lado del batido mientras aguantaba la pajita con su otra mano. Asentí sorbiendo del liquido amargo -¿Cómo es? Quiero decir, seguro que no todos los padres querrían tener a sus hijos lejos de su vista después de los ataques de villanos tan frecuentes.

Le miré, agarrando mi vaso de café con ligera presión, para nada sorprendida de que hubiera sido capaz de entender tan fácilmente el problema que la U.A tuvo que afrontar al decidir convertirse en un internado.

 - All Might y Eraeserhead se encargaron de explicarles por qué era mucho más seguro de esta manera. Pero nada ha cambiado mucho en realidad, ahora tenemos más tiempo para entrenar -expliqué, empezando a sentir cómo mi cuerpo se ajustaba mejor a sus alrededores, sintiéndome menos tensa y más cómoda.

 - ¿Qué pensaron tus padres? -preguntó, bajando su rostro ligeramente para alcanzar la pajita de nuevo pero sin dejar de mirarme directamente a los ojos.

 - Tal y como has dicho a mi padre no le entusiasmaba la idea, pero entiende que esto es lo que quiero -contesté vagamente sin entrar en detalle, lo cual no pasó desapercibido. Creía que intentaría forzarme un poco para que dijera algo más, pero debió haber notado que quizás era un tema complicado y sensible y simplemente no lo tocó más. Lo que me dejó asombrada una vez más.

 - Sobre All Might, ¿realmente es un profesor? ¿Cómo es? -preguntó, ahora con los ojos brillantes como un pequeño fanboy, haciéndome sonreír tiernamente ante ese lado de él.

Le expliqué cómo eran las clases y cómo All Might era con nosotros, sorprendentemente pasando un buen rato con Shindo. Después hablamos un poco sobre cómo eran las clases en Ketsubutsu y sobre los héroes en general. Quienes eran nuestros favoritos y por qué. Y antes de que siquiera pudiera darme cuenta, sintiendo como si realmente sólo hubiera pasado media hora, nos dimos cuenta de que ya era casi de noche.

 - No tienes por qué acompañarme, de verdad, o llegarás muy tarde -dije saliendo del local.

 - Nah, está bien. El último tren sale en 2 horas así que aún tengo tiempo -me sonrió de vuelta, haciéndome sentir algo raro ante la oculta preocupación que había bajo esa sonrisa.

No rechisté más y caminamos de vuelta, siguiendo con la conversación tal y donde la habíamos dejado. Hasta que al fin llegamos, tardando mucho menos de lo que nos había tomado el ir, o al menos esa era la sensación.

 - Gracias por hacerme un hueco hoy -dijo una vez llegamos, provocándome una sonrisa algo tímida.

 - Gracias a ti por venir. En realidad pensaba que no te volvería a ver.

Negó con una expresión seria.

 - He estado algo ocupado estos días. Pero ya no. Hablamos luego entonces -dijo para prepararse e irse.

 - Em, espera. ¿Cómo? No tenemos nuestros teléfonos... -dije, aunque él ya había estado buscando algo en sus bolsillos antes de que yo empezara si quiera a hablar.

 - Ten -me pasó su teléfono -Eso se puede arreglar ¿no? -añadió con una sonrisa mezclada entre pícara y arrogante.

"¿Esto también formaba parte de su plan?" me pregunté a mí misma, no siendo capaz de evitar sonreír.

Cogí su teléfono y apunté mi nombre junto a mi número. Después nos despedimos y finalmente nos separamos. No fue hasta que no entré el edificio donde se encontraban nuestros dormitorios que empecé a sentirme algo cansada. Raramente, no había sentido ni un atisbo de cansancio mientras había estado con Shindo. Pero ahora que finalmente me había dejado caer sobre mi cómoda cama empecé a sentirme mejor que nunca, pensando que por una vez podría dormir plácidamente.


Yo Shindo x Reader [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora