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(Arte de @yzhm3304 en twitter)

[Editado 22/06/20]


Yo, (T/n), que siempre iba sin prisas y relajada, y llegaba elegantemente tarde a todo, ahora estaba sentada sobre mi cama mirando a la pared porque ya había acabado de prepararme hacía dos horas. Después de pasar el día con Katsuki llamé a Shindo, tal como me había pedido, y quedamos en que nos veríamos al día siguiente (hoy) y saldríamos a correr un poco. No sabía muy bien por qué, ni si quiera sabía qué era realmente lo que estaba sintiendo, pero sentía como si una electricidad corriera por todo mi interior, haciéndome ir deprisa en todo lo que hiciera, como si al hacerlo fuera a acelerar el tiempo hasta la hora en la que habíamos quedado. Lo cual obviamente no pasó, por lo que aquí seguía, sentada como una estúpida, lista para hacer deporte dentro de dos malditas horas.

Suspiré negando con la cabeza mientras me maldecía a mí misma por actuar de esta manera tan ilógica. Pero me negaba a quedarme ahí quieta ya que haría que el pequeño cúmulo de nervios que tenía creciera. Por lo que negando ese sentimiento me alcé y decidí irme antes. Decidí que correría un rato por mi cuenta hasta que la hora acordada llegase. Y no voy a mentir, también decidí irme antes porque así me sentía menos estúpida.


Miré el reloj en mi móvil y vi que ya pasaban 15 minutos de la hora en la que había quedado con Shindo, lo cual significaba que llegaba tarde. Algo más común en mí. Cuando llegué al parque para correr por mi cuenta, hacía ya una hora, empecé a correr sin ningún objetivo en mente. Primero para sacar toda la energía extra que recorría todo mi cuerpo, pero más tarde para dejar que mis pensamientos y estrés se deslizaran fuera de mí junto con el sudor, hasta que finalmente acabé perdiendo la noción del tiempo. Por lo que ahora estaba corriendo rápidamente al lugar donde habíamos quedado: la entrada del gran parque.

Lo vi en la distancia, sentado en el suelo contra la valla de hormigón, mirando al horizonte y completamente pensativo. Unos mechones de su sedoso cabello oscuro caían despreocupadamente sobre sus facciones perfectamente talladas. Aún seguía corriendo, acercándome a Shindo y mirándole detalladamente, no siendo capaz de evitar pensar en lo precioso que estaba en esa postura y expresión.

Finalmente lo alcancé y me apoyé contra la valla también, doblándome ligeramente sobre mis rodillas con tal de conseguir algo de aire. Él me miró y se percató de que estaba ahí, y de que ya estaba sudando. Por un momento ambos nos quedamos en silencio, yo tratando de recobrar la respiración, y él... la verdad es que no sabía por qué él no decía nada y sólo seguía mirándome.

 - Lo siento -dije finalmente una vez empecé a respirar más fácilmente -he llegado antes y no me he dado cuenta del tiempo.

 - ¿Estás segura de que serás capaz de seguirme el ritmo así? -me preguntó, levantándose con una sonrisa arrogante, picándome.

Le sonreí de vuelta, imitando su expresión pícara, haciendo unos pocos estiramientos.

 - Hablas mucho pero, ¿tengo que recordarte quién acabó primero el examen? -le molesté de vuelta, ahora agarrando mi enorme camiseta y moviéndola, intentando que algo de aire fluyera en el interior.

 - Usando tácticas sucias sí, me acuerdo -me contestó sonriendo, haciendo que yo sonriera más ampliamente.

Había estado corriendo casi por una hora ya, descansando de tanto en cuanto, pero eso junto con el calor que hacía, había provocado que mi cuerpo estuviera cubierto de una gruesa y brillante capa de sudor. Necesitaba más aire, por lo que me quité la camiseta y me quedé en unos amplios pantalones de baloncesto y un top de deporte similar al de mi traje de héroe. Cogí la camiseta y sequé algo de sudor de mi rostro, cuello, y abdomen con ella, para más tarde mirar a Shindo, quien me estaba mirando atentamente haciendo que me sonrojara ligeramente. Por suerte, debido a mi ya roja piel, no lo notaría.

Yo Shindo x Reader [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora