-Hace mas de una hora que estas en eso ¿cuantos tiempo mas te llevara? -Asmodeo se mostraba un rostro sereno y aburrido mientras bebía vino de una copa de cristal negro como de costumbre aún cuando empezaba a perder la paciencia
-Estoy deshaciendo un hechizo de hace mas de medio siglo hecho por 5 brujos muy competentes, no me apresures.
-Seis si contamos tu sangre -sonrió con cinismo- debo decir que no esperaba encontrarme con esa sorpresa cuando pude saber que rayos me impedía seguir tomando lo que quería.
-Y a mi me llama la atención el como lograste hacer lo que hiciste -una pausa hizo su voz mientras sus manos no dejaban de brillar y moverse -Aún cuando eres un poderosisimo demonio y un príncipe infernal no estaba dentro de tus capacidades tomar la inmortalidad de subterraneos en contra de su voluntad.
-Todo es cuestión de saber hacer uso de sus herramientas.
-¿Como tus súbditos? por eso los has mantenido con vida a pesar de que muchos de ellos te traicionaron
-Me sorprendes Magnus, sabes lo que sucedió en Edom.
-Soy el gran brujo de Brooklyn, no me subestimes.
-No lo hago y se que eres capaz de grandes cosas Magnus, por eso quiero que te quedes.
-No en esta vida, ni en otras -dijo sin vacilar- mi lugar esta en Brooklyn con Alexander.
-Podrías hacer grandes cosas en Edom y prefieres estar al lado de mundanos y con ese hijo del ángel ... siempre tuviste una ridícula debilidad por ellos.
-Soy un subterraneo, mi lugar esta con mi gente y con mi esposo.
-Tu sentimentalismo siempre te costara caro -rió
-Mi sentimentalismo es el que me mantiene vivo. No puedo llamar vida a la existencia de las patéticas criaturas bajo tus ordenes.
-Cada uno tiene su definición de vida, ellos quieren algo que yo puedo darles ... es así como funciona su lealtad.
-No me parecen muy leales si te traicionaron una vez.
-No conservo muchas personas de aquel incidente, solo dos o tres que me probaron ser extremadamente útiles.
-O sea que sus vidas dependen de su utilidad... es una pobre existencia.
-¡Tu no sabes nada de nuestras vidas así que cierra la boca maldito brujo!
Una voz femenina llamo la atención de Magnus, era definitivamente un demonio, curvilínea pero con una belleza siniestra.
-¿... Y tu eres? -fue la pregunta de Magnus
-¿Kendra no te ordene a ti y a todos que no me molestaran?
-Lo sé mi señor pero...
-Pero nada.
-Es que tengo algo importante que decirle.
-Lo que sea tendrá que esperar.
-Pero...
-Pero nada Kendra, vete y no molestes ahora.
-Estoy segura que tú eres culpable de esto -recrimino la "dama" a Magnus
-Kendra. -La grave y mortal voz de Asmodeo casi retumbo en las paredes de la gran sala.
La mujer se fue hecha una furia sin decir nada mas.
-Que interesante dama -murmuro el brujo con sarcasmo
-Desafortunadamente en ocasiones es un poco emocional pero tiende a saber lo que quiere y me es muy útil.
ESTÁS LEYENDO
Unbelievable
Romance...Y lo que pensaba que sería otro aburrido día de trabajo en mi tediosa existencia, se convirtió en el mas extraño, asombroso y totalmente increíble día de mi extensa vida...