Tercera parte: Arguments.
Perrie
–... creo que debería ser 'W' de Wrande
–Em, Patricio, no creo que "wrande" sea una palabra...
–¡Por favor! Ya sabes... Yo wrande, tú wrandes, él/ella wrande... Wrandiendo, wrandiste... Wrandeloquía: el estudio de "wrande"... ¡Es de primer grado, Bob Esponja!
Reí levemente a este último comentario, sin embargo no pude evitar mirar mi móvil de reojo. Comenzaba a desesperarme. Zayn dijo que volvería a la una. Son las seis y media y no hay rastro de él. Ni una llamada, ni un mensaje. Nada que me indicara "Bebé, regresaré mucho más tarde. Y no, no te preocupes, el asesino-violador-asaltador no vino por mí" Con eso estaría tranquila.
¿Qué habría pasado en la reunión con Modest!? ¿Le habría pasado algo a alguno de los chicos? ¿A él?
Las dudas nadaban en mi cabeza sin ninguna respuesta, incrementando mi desesperación.
Sé que parezco una de esas novias controladoras que pretenden saber dónde están sus novios, qué hacen y con quién. Pero sólo tengo una razón para querer saberlo: me preocupa, nada más. Soy consciente de que he dejado más de veinte mensajes y diez llamadas, ninguno de estos contestados.
Lo único que quiero saber es que está completamente bien.
{. . .}
Despierto al escuchar el sonido de la puerta abriéndose. Al parecer me quedé dormida en el sofá. Antes de levantarme le echo una ojeada a la hora: siete y cincuenta.
Me levanto y encuentro a Zayn dejando su mochila en la mesa.
–Mmm... ¿hola? –digo, aún adormilada.
–Oh, hola Pezz –sonríe y me abraza.
«¿No tenías algo que decirle?» Oh sí.
Me separo rápidamente y le miro a los ojos con una expresión severa.
–¿Qué? –pregunta, confundido.
–¿Dónde estuviste toda la tarde? –pregunto.
–Oh, eso. Con los chicos –asiente y se dirige a la cocina. Lo sigo.
–Ah ¿y qué hacían? –pregunto, tratando de sonar despreocupada.
–Mmm... nada interesante, realmente. Sólo jugábamos Xbox en la casa de Niall ¿por qué? –frunce el ceño.
–Por nada, sólo que habías dicho que vendr... –Soy interrumpida por el sonido de su teléfono. Me mira diciendo 'Espera'. Saca su teléfono y contesta.
–Hey, Tommo... –saluda animadamente–. ¡Oh, cierto! Casi lo olvido... Vengan por mí en diez. Adiós, nos vemos.
Frunzo el ceño, confundida. ¿Saldrá de nuevo? ¡Si apenas acababa de llegar! ¡¿Y qué hace tomando agua despreocupadamente sin decirme al menos qué ocurre?!
–¿A dónde vas? –Mi voz suena más molesta de lo que pretendo.
–A Liverpool. El Manchester tendrá un partido allá mañana e iré con los chicos. Vuelvo el lunes. Lo siento, tengo que ir a empacar, ya vuelvo –dicho esto, corre escaleras arriba.
Cierro los ojos bruscamente y me prevengo a mí misma de gritar. ¡¿Qué le pasa?! Se va de casa todo el día y vuelve sólo para decirme que se irá por otros tres días. ¿Dónde quedo yo, eh? ¿Si acaso le importa un poco lo que pienso?
–¿Perrie? ¿Qué pasa?
Abro los ojos y lo encuentro mirándome desconcertadamente con un maletín colgando de su hombro. Rápidamente me acerco a él, tomo su bolso y lo lanzo al suelo, molesta.
–¡Espera! ¿Se puede saber qué te pasa? –pregunta, la molestia empieza a estar presente en su voz. Se agacha, dispuesto a recoger su pequeña maleta improvisada.
–Ni te atrevas a recoger eso –ordeno, haciendo énfasis en cada palabra. Pero hace caso omiso a mi orden, recoge su maletín, se levanta y me mira furioso.
–¡¿Qué haces?!
–¿Se puede saber cuándo planeabas decírmelo? –pregunto, intentando suavizar mi tono.
–¿Decirte qué? –pregunta fríamente.
–¡Que te ibas a otra ciudad por tres días!
Se detiene a pensarlo durante un par de segundos para luego contestarme un corto y despreocupado:– No sé –se encoge de hombros–. No es tan importante.
–¿No es tan importante? ¡Zayn, solo llevas dos días en casa y me habías prometido qu...!
–Tres días –corrige, interrumpiéndome–. Llevo tres días –repite.
–¿Tres días? ¿Cómo te atreves siquiera a decirlo? ¡Has estado todo el día afuera! ¡Te vas desde la mañana y vuelves de noche! ¿Ni siquiera te detuviste a pensar por dos segundos cuán preocupada pude haber estado? ¡Pues no! Soy Zayn Malik y lo único que realmente me importa soy yo mismo. Ni... –trago fuertemente, sintiendo las lágrimas avecinarse y pensando en el dolor que me produce esta dura pero cierta frase:– Ni t-te importo yo o m-mis sentimientos.
Suspira pesadamente y me mira, agotado.
–¿Por qué lo exageras todo, Perrie? –pregunta, evidentemente cansado. Cansado de mí.
–¿Qué exagero todo? Zayn, amor, míranos... ¡Solo pasamos juntos dos días cada dos meses! No me tomes mal, no estoy celosa de los chicos y ellos me agradan mucho... Pero pasas mucho más tiempo con ellos que conmigo.
–¿Y qué? ¡¿Ahora quieres controlar mi vida también?! –exclama furioso, tensando su mandíbula.
–¿Controlar tu vida? ¡Si al parecer soy simplemente un rol secundario en ella! –las lágrimas corren ya libremente por mi rostro. El timbre suena
–T-tú solo v-vete y-ya.
Le miro y ahogo aún más mis lágrimas al ver como se dirige a la puerta sin decir un simple "Adiós".
Cuando está a punto de salir se vuelve y murmura:– Esto no se queda así.
Me lanza una última mirada y se marcha.
Me siento en el suelo, mientras las lágrimas no paran de correr. Dolor y rabia: esos son los dos únicos sentimientos que recorren mi cuerpo. Las palabras de Zayn retumban en mi cabeza como un molesto y repetitivo comercial televisivo:
"¡¿Ahora quieres controlar mi vida también?!"
¿Eso es lo que piensa? ¿Realmente se siente así conmigo?
Lo único que hago es preocuparme por él. Por nuestra relación. Pero al parecer esta preocupación es unilateral.
Una idea que una persona normal calificaría como precipitada invade mi mente. Pero todas las emociones que recorren mi cuerpo en este instante opacan mi sentido común. Necesito escapar de todo esto.
Rápidamente corro hacia el comedor, donde encuentro mi móvil reposado en la mesa. Lo tomo y marco el número. Limpio mis lágrimas y doy un largo suspiro antes de contestar, al escuchar que han descolgado en el otro lado de la línea.
–¿Hola? ¿Hablo con Georgia?
{Zayn en multimedia}
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Say Something {Zerrie}
Romance❝-¡Di algo! Estoy renunciando a ti -gritó, al borde de las lágrimas. -Bien -masculló-. Vete❞